
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Verdú
La Muerte toral, la mortandad de esta Gran Crisis, transforma a la Vida (con mayúsculas) en un producto de primera necesidad (de rabiosa necesidad) ya dentro de los circuitos del mercado, se vuelve el producto que más publicidad convoca.
Con la gran Muerte próxima -decía Freud a propósito de la primera guerra mundial- "la vida se hace de nuevo interesante; recibe de nuevo su pleno contenido". Tiene un precio cada vez superior.
Lo decisivo en fin es que este sistema mortal, a través del bucle de la crisis y su metáfora de tercera guerra mundial, vuelva a ser creíble porque tenga algo realmente interesante que ofrecer y será rico porque brindará a través de sus manos – bien lavadas o sustituidas mediante injertos felices- el máximo objeto innovador: la vida de colaboración y no de competencia cruel, la vida de cooperación y armonía que la Naturaleza unos años antes se ha encargado de hacernos ver y degustar. La vida del mundo, la tuya y la mía, como droga dura.