Sergio Ramírez
El más notable de los inventos electrónicos que se anuncian en el mercado hoy día, me parece ser el de la próxima generación de juegos interactivos que podrán controlarse, o dirigirse, con la mente. Aquí entramos ya al más puro terreno de la ciencia ficción, que tanto nos ha atemorizado siempre, y es cuando los poderes del pensamiento entran en acción. Para empezar, los juegos que ya vienen serán tridimensionales, y los jugadores podrán colocar su propia cara a los contendientes en lucha. Pero esos contendientes tendrán inteligencia artificial, que les permitirá detectar peligros en el camino, minas o emboscadas, sin quedar ya más sometidos a acciones específicas programadas. Ahora actuarán con libertad. Esto se debe a que estarán manejados por las ondas cerebrales de los jugadores. Desde el casco colocado en la cabeza del jugador, se podrá ordenar con el pensamiento, por ejemplo, que la espada láser de Darth Vader se encienda y se despliegue: que la fuerza te acompañe.
Esto se ha logrado al crear sensores incorporados al casco, que miden la longitud de las emisiones cerebrales, y así pueden determinar los estados de ánimo. Para hacer que los objetos en la pantalla se eleven, el jugador debe lograr serenarse. Para hacer que el contendiente se enfurezca y ataque, deberá enfurecerse él mismo. De su tranquilidad, o de su agitación, dependerá su fuerza. Estos cascos, producidos por Neurosky en Corea, costarán 50 dólares, precio al por mayor.
Y también habrá pronto MP3 que sonarán con el pensamiento. Si me siento alegre, Óscar de León. Si triste, el Réquiem de Mozart.