Sergio Ramírez
El licenciado Madrazo no ganó, pero gracias a su viveza pudo haberlo hecho, y aquí hay que reconocerle alguna dosis de pudor para no haberse alzado con el primer lugar, si es posible el milagro del pudor entre los vivos de marca. O es que se trataba apenas de un intento de prueba, y ya lo veríamos campeón absoluto en el siguiente maratón. Si no es que lo descubren.
Los vivos piensan siempre que nunca serán descubiertos, pero ya ven que no siempre es así. El director del maratón, Martin Wahl, ordenó anular el registro de tiempo del vivo corredor tramposo, y por tanto descalificarlo. Según las averiguaciones, el licenciado Madrazo Pintado tomó un atajo en un punto donde el circuito asignado a los corredores se estrechaba para hacer una especie de ocho, y entonces atravesó tranquilamente unas cuantas calles, silbando, seguramente. Tiempo suficiente aún para tomarse tranquilamente una cerveza, antes de reemprender su camino a la efímera gloria.
Aunque se trate de otro tipo de carrera, ¿no se parece esto a un fraude electoral?
En el cielo de los vivos, ya ven, el licenciado Madrazo, curtido en vivezas, es una estrella refulgente.