Sergio Ramírez
La iniciativa empresarial ha partido de los poderosos tele-predicadores evangelistas de Estados Unidos, esos santos caballeros dueños de grandes fortunas recogidas dólar a dólar entre sus feligreses, a la cabeza de los cuales se halla el conocido activista ultrarradical Pat Robertson.
El artista comisionado para desarrollar de la idea, Uri Dagul, piensa que los visitantes, calculados desde ya en un millón por año, deben recibir la sensación de que se halla en la tierra de Jesús, y que pueden seguir sus pasos, desde Belén al monte Calvario, como si se fueran los tiempos del Nuevo Testamento. Según se ve, parece haber leído bien El mundo de Jesús, la novela de Buckingham que he mencionado en la entrega anterior.
Habrá muchas y diversas atracciones, entre ellas un área que se llamará "los jardines bíblicos", al centro de los cuales se construirá una gigantesca sala de exposiciones todo aire acondicionado. Allí, los turistas que no quieran tomarse la molestia de recorrer los lugares santos, podrán hacer su peregrinaje sin esfuerzo ni sudor, visitando escenarios históricos virtuales en los que se combinarán los recursos holográficos, las imágenes tridimensionales generadas por computadora, y los sistemas más avanzados de luz y sonido.