
Sergio Ramírez
La Fundación Cinco, que preside Carlos Fernando, se dedica a promover estudios e investigaciones sobre la comunicación, y sobre problemas sociales y ciudadanos, y lo hace con recursos donados por organizaciones internacionales, entre ellas OXFAM, que a su vez recibe fondos de diversos países europeos, Bélgica, Suiza, Inglaterra; y algunas veces, esas investigaciones se realizan en colaboración con otras organizaciones, como el Movimiento Autónomo de Mujeres. Son actividades normales en cualquier país normal. No en Nicaragua.
Los medios oficiales de propaganda, a cargo de la primera dama Rosario Murillo, empezaron a acusar hace algunas semanas a Carlos Fernando Chamorro de triangular ilícitamente fondos, y lo declararon de antemano culpable del delito de lavado de dinero, como parte de una feroz campaña de descrédito; y a esta campaña siguió la acción de la Fiscalía General, que ya había citado a declarar a Chamorro, un interrogatorio que duró 5 horas, sin que en ningún momento se le señalara el delito por el cual se le investiga, algo violatorio de las garantías del proceso penal justo que manda la Constitución.
El fiscal adjunto que consumó el allanamiento y el secuestro de los archivos de la Fundación Cinco tampoco explicó cuáles eran los delitos investigados, y se llevó un total de 15.000 folios, entre estudios, proyectos, correspondencia, estados contables, de los que ni siquiera permitió dejar fotocopia, además de 5 computadoras, cuyos datos no fueron sometidos a comprobación en el acto del secuestro, y podrán ser falseados.
¿Por qué todos estos atropellos?