Sergio Ramírez
En mis tiempos llamábamos paquines a las revistas de historietas, y también penecas. Paquín fue el nombre de una revista infantil mexicana, y Peneca el de otra de Buenos Aires, cuando muchos los libros y las revistas venían a Nicaragua desde Argentina: El Peneca, Patoruzito, Billiken.
Tebeos se dice en España. Nunca dijimos cómicos, ni revistas cómicas, en lo que sería una mala traducción del inglés comics, palabra que en español tiene una connotación diferente, ya se sabe. Lo cómico es lo que causa risa, por ridículo, divertido, o extraño, mientras que no todas las historietas de dibujos tienen comicidad. Pero, extrañas disidencias, terminamos llamando tiras cómicas a los cuadros de dibujos en secuencia que se publican en los periódicos, en poco número en América Latina, menos aún en España, y numerosos en las ediciones de domingo en Estados Unidos, donde la cultura de los comic strips sigue viva. En aquellos tiempos de que hablo, decíamos simplemente muñequitos.
Hablaré entonces de mis preferidas, el Capitán Marvel, El Fantasma, aunque me memoria guarda muchas más de ellas.