
Sergio Ramírez
Managua. Este domingo muy temprano de la mañana, fuerzas de la Policía Nacional actuando bajo las órdenes de un juez rompieron con mazos y barras las puertas del pequeño edificio que aloja las oficinas de la Fundación Cinco que preside el periodista Carlos Fernando Chamorro, como si se tratara de entrar al cuartel de unos traficantes de drogas, y ya allanado el local, el fiscal que encabezaba el operativo procedió a requisar, con el auxilio de burócratas y de detectives, los archivos de la Fundación.
Una operación parecida se había consumado la noche anterior en las oficinas del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), y otras 15 organizaciones de mujeres, de derechos humanos, promoción del voto, y defensa de los derechos políticos de los ciudadanos, están en la lista de las que serán igualmente intervenidas.
Un amplio perímetro alrededor de la sede de la Fundación Cinco fue rodeado por destacamentos policiales mientras duró el operativo, desde las 6 de la mañana a las 10 de la noche, impidiendo el ingreso de personas y el tráfico de vehículos, y las calles de acceso fueron cerradas con cintas amarillas en las que se leía escena del crimen.
¿Cuál es el crimen cometido, que merece semejante despliegue, y el secuestro de los archivos de organizaciones como la Fundación Cinco y el Movimiento Autónomo de Mujeres?
Adversar al régimen de Daniel Ortega, la corrupción, y los abusos de poder, ese es el crimen.