
Sergio Ramírez
En una mediocre novela de Jamie Buckingham llamada El mundo de Jesús, uno de los personajes se pregunta: ¿Por qué debería Walt Disney ser más atractivo que Jesucristo? Se trata de un empresario que soñaba con crear un parque de atracciones, un Jesusland o Jesusworld, cien veces más grande y espectacular de lo que el propio Disney jamás imaginó. Recrear las escenas de la Biblia, construir un modelo a escala del templo de Herodes, ofrecer hologramas de Jesús caminando sobre las aguas. De esta manera, se conocería mucho mejor la palabra de Dios.
Ya le han dado gusto a este personaje de novela, y pronto se convertirá en realidad su sueño. En tierras de Nazareth, junto a la ribera norte del mar de Galilea, donde transcurrió la vida de Jesús desde su nacimiento, se construye un inmenso parque de atracciones que cubrirá cincuenta hectáreas, con una inversión de seiscientos millones de dólares. El primer parque temático dedicado al redentor, abrirá sus puertas en el año 2007.
No se trata sin embargo de ningún nuevo Disneylandia, como los que hay en Orlando, en Los Ángeles, en París y en Tokio, donde lo que el visitante encuentra son las figuras de los cuentos de Disney. Será un Cristolandia en toda regla, consagrado a la vida, pasión y muerte de Jesús…