Cambio de identidad
Rafael Argullol: Ahora ese ojo lo portamos en el bolsillo en el interior de nosotros mismos, y eso nos produce una enorme supuesta felicidad de comunicaciones virtuales.
Delfín Agudelo: Sí, pero ese virtualismo en comunicación también nos sitúa en un extremo de nosotros mismos, ya que seremos localizados, o por lo menos notificados, en cualquier lugar del mundo: sabes quien llamó; sabes quién intentó llamarte; sabes a qué hora intentó ponerte en contacto contigo. Es una prisión ambulante.
R.A.: También nos desprotege porque de alguna manera nos ha ido desacostumbrando a viajar en el sentido tradicional del viaje, que era ir descubriendo mundos sin la protección de esa comulación permanente. Además con el hecho del descubrimiento de mundos te dejaba una rememoración de los mundos que dejabas atrás. Ahora no hay mundos que se dejen atrás; si vas al otro lado del planeta y llevas esa tecnología, el mundo del que has salido se incrusta al mundo al que estás llegando. Y ahí se modifica drásticamente uno de los fundamentos mismos de la experiencia del viaje, que exigía ese dejar tierra atrás. En el terreno de la superación de la soledad también es paradójico, porque se crea un gran efecto de ilusión, un efecto espejismo. Esta chica de la que hemos hablado cuando estaba en Puerto Rico, si realmente no conociera a nadie, estaba en la situación del viajero solitario. Pero ella tenía la ilusión de llevar una multitud de acompañantes a través de un talismán que era su portátil. Es un auténtico talismán, la palabra es esa: están concentradas todas las fuerzas y energías, y nuestras confianzas. El momento en que se rompe se cae el mundo. Ahora, también es inteligente verlo desde el otro lado: cuando se rompe, tienes la oportunidad de alejarte, por lo menos durante un momento, de ese mundo, y de tú en ese mundo. El viejo tema que creo que todo ser humano es muy útil y provechoso que se planteé, del cambio de identidad. Creo que prácticamente todos hemos tenido la tentación de cambiar de identidad, desaparecer. Pero si tenemos esa tentación es fundamentalmente para alejarnos de nosotros mismos, para ser capaces de alguna manera de mudar de piel, como una serpiente. Para conocernos mejor: es muy importante salir fuera, de nosotros, para conocernos mejor.