Rafael Argullol
En el bosque petrificado
aún están atrapados todos los sonidos.
Esta noche se decide la suerte del mundo
para los próximos mil años.
Durante largo rato suena la fanfarria
mientras se oyen los gritos de los convocados.
Luego cae el silencio solemne
que acompaña las grandes ocasiones.
El mago alza la copa.
El caballero empuña la lanza.
El bufón suelta su carcajada.
El sacerdote reza la plegaria.
El rey, levantando vigorosamente la voz,
promete a sus súbditos mil años de perfección.
¿Y qué hace entretanto la lechuza?
La lechuza cambia con sigilo de rama
y vigila atentamente a los presentes:
"¡Esta noche es igual a las demás noches
que el tiempo ha ofrecido y ofrecerá,
pese a vuestros delirios de grandeza, hijos del ruido!".