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Su Santidad el Sexo

Por 27 de enero de 2006 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

El titular del periódico de esta mañana dice: “El Papa alerta de que el sexo sin amor convierte al ser humano en mercancía”. Se refiere a Deus caritas est, la primera encíclica de Benedicto XVI. Como en todo lo demás, la Iglesia de Roma lleva un retraso de decenios en materias en las que ya fracasó la izquierda hace quinquenios.
Que el sexo como puro valor de cambio nos convierte en mercancías, es una viejísima máxima moral de la izquierda proletaria. Todavía recuerdo cuando un actual alto cargo de la Generalitat expulsó del Partido Comunista Catalán, el célebre PSUC, al finísimo AGT porque había intentado ligar con una camarada. Le montaron una autocrítica, decía AGT con su sarcasmo habitual.
El primer feminismo revitalizó la reivindicación para luchar contra el uso del cuerpo femenino como reclamo publicitario. El fracaso de la izquierda y del feminismo en este intento de ennoblecer a los humanos ha sido uno de los más estrepitosos. No sólo se utiliza cada vez más el cuerpo de hombres y mujeres en la publicidad, sino que ya se hace como una invitación explícita a la copulación.
De otra parte, el modo de vestir de las hembras jóvenes imita apasionadamente el de las estrellas del pop más obscenas y pornográficas. Y sin la menor duda, la práctica habitual del sexo sin amor se ha convertido en el derecho político más reivindicado por los adolescentes. O quizás el único.
El sexo sin amor nos convierte, ciertamente, en mercancías, pero el Papa olvida la posibilidad más cruel: que precisamente porque somos mercancías y es inevitable que lo seamos, tenemos cada vez más sexo y menos amor.
El problema moral no es que las mercancías forniquen como mandriles, sino que a esas mercancías se les pueda llamar “seres humanos”. Y somos mercancías porque no queda ya ni un solo aspecto de los humanos que no sea mercancía, desde sus órganos vitales hasta su reproducción. Somos un almacén de mercancías: el hígado, el esperma, el corazón, y muy pronto los genes, son mercancías. Por no hablar de nuestra actividad espiritual, toda ella inmersa en un mercado de trabajo totalitario.
Tal es la encíclica de Houellebecq, en su excelente Plateforme, un alegato mucho mejor escrito que el de su Santidad. Aunque, claro, como la Encíclica está en latín, no se nota.
Por cierto que para mucha gente, la prohibición papal tendrá como consecuencia, o bien la abstinencia, o bien aumentar la autoestima.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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