Félix de Azúa
La muy notable editorial Los libros del asteroide va a reeditar próximamente las memorias de Andrew Graham-Yooll, el que fuera director del Buenos Aires Herald. Su relato de los años de guerra entre montoneros y militares (A State of Fear) es espeluznante.
Lo más escalofriante de aquella salvajada era la imposibilidad de distinguir a las derechas de las izquierdas. Sus prácticas eran idénticas: secuestros, torturas, asesinatos. En alguna ocasión la víctima no sabía si había caído en manos de un guerrillero comunista o de un torturador de la Marina. Lo cual todavía hacía más difícil la colaboración con el secuestrador. ¿Había que gritar muera Videla, o muera Firmenich? Eran intercambiables.
“Firmenich tenía poco más de veinte años cuando se formó la guerrilla montonera. Nacionalistas de derechas católicos, apostólicos y romanos, decidieron tomar un giro a la izquierda para ver si encontraban el camino de la revolución. Doce personajes en busca de autor. El escenario se levantaba en los cementerios”.
Esa es la clave. Tanto la izquierda como la derecha era, por encima de todo, nacionalista. El nacionalismo une en la barbarie incluso a lo más apartado. Para describir con veracidad estas situaciones de desdoblamiento del mal en versiones contrapuestas pero fraternales (como el pacto Hitler/Stalin), la historia es insuficiente, es imprescindible una novela. No sé si la hay sobre el desastre argentino.
Graham-Yooll testificó contra Firmenich en el proceso que sucedió al restablecimiento de la democracia. Al reputado jefe de criminales le cayeron treinta años de cárcel pero fue indultado de inmediato. A nadie le interesaba su presencia en Argentina. Actualmente da clases en una universidad catalana.