Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Promesa rota

Me juré que nunca más hablaría de ese señor de barba cuidada y uniforme verde olivo que capó cada día de mi infancia con su permanente presencia. Con más de un argumento, apuntalé mi decisión de no referirme a Fidel Castro: él representa el pasado; hay que mirar hacia delante ?a esa Cuba donde él ya no estará? y en medio de los retos del presente, aludirlo me parecía una distracción imperdonable. Pero hoy se coló de nuevo en mi vida con uno de sus característicos exabruptos. Me siento obligada a enfocarlo nuevamente después de sus declaraciones de que ?el sistema cubano no funciona ni para nosotros mismos?, dichas al periodista Jeffrey Goldberg. Si no recuerdo mal, por frases menores o similares expulsaron a muchos militantes del Partido Comunista y purgaron largas condenas innumerables cubanos. El dedo índice de quien fuera el Máximo Líder se dirigió sistemáticamente contra los que intentaron explicarle que el país no marchaba. Pero no sólo el castigo acompañó a los inconformes, sino que la máscara se nos convirtió en ardid de sobrevivencia en una isla que él intentaba hacer a su imagen y semejanza. Simulación, susurros, dobleces, todo para ocultar la misma opinión que ahora el ?resucitado? comandante lanza precipitadamente frente a un periodista extranjero. Quizás se trate de un arranque de sinceridad que asalta a los ancianos a la hora de valorar su vida. Incluso puede ser otro intento desesperado por llamar la atención, como su vaticinio de una inminente debacle nuclear o el tardío mea culpa por la represión a homosexuales que hizo hace unas semanas. Al verlo reconocer el fracaso de ?su? modelo político, tengo la sensación de que asisto a una puesta en escena donde un actor gesticula y eleva la voz para que el público no deje de mirarlo. Pero mientras Fidel Castro no tome el micrófono y nos anuncie que su obsoleta criatura será desmontada, nada ha pasado. Si no dice esa misma frase hacia el interior de Cuba y además se compromete a no interferir  los cambios necesarios, estamos en las mismas. Nota: Ayer, al enterarme de la noticia, escribí un breve tweet: ?Fidel Castro pasa a la oposición al decirle al periodista Jeffrey Goldberg que el modelo cubano ni siquiera funciona para nosotros?. Un rato más tarde me llamó un amigo disidente a quien le había mandado el mismo texto por SMS. Sus palabras fueron irónicas, pero certeras: ?si Él se pasó a la oposición, yo me cambio ahora mismo al oficialismo?. Compartir/Guardar

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

El pelo en el ojo

El adjetivo surrealista está demasiado explotado, por no decir sobredimensionado, y al decirlo recuerdo que Vicente Aleixandre, uno de los grandes poetas brevemente surrealistas de nuestra lengua, jamás lo empleaba; él prefería ‘superrealista', tal vez más exacto y desde luego más escurridizo. Hoy surrealista es casi cualquier cosa, y en los ‘surreality shows' de nuestra televisión la palabra se oye a menudo en boca de concursantes a los que André Breton habría mandado ajusticiar al instante.

      Por segunda vez en poco más de un año, la Fundación Mapfre nos deja ser surrealistas con autenticidad, al menos durante la visita a las salas de exposición del madrileño Paseo de Recoletos, donde ya disfrutamos enormemente en abril/mayo del 2009 de las novelas-collage de Max Ernst. Ahora Mapfre presenta, en colaboración con el Centro Pompidou de París y el Fotomoseum de Winthertur (que la albergaron antes), una fascinante muestra que, bajo el título ‘La subversión de las imágenes', explora el universo del cine y la fotografía producidos o ligados al movimiento que fundó y lideró con mano férrea Breton. En una temporada de gran efervescencia fotográfica en Madrid, gracias a las numerosas exposiciones que organizó PhotoEspaña, la de Mapfre destaca por su amplitud y, hay que señalarlo, por su absolutamente recomendable catálogo, un gran libro con buenos textos y muy buenas reproducciones al que acompaña además, como un regalo en letra pequeña, el anexo de una antología de textos donde el lector no-especialista encontrará, por ejemplo, la reseña de Artaud sobre la película de los hermanos Marx ‘Monkey Business' (en nuestro país llamada ‘Pistoleros de agua dulce') o el guión fílmico nunca realizado de Benjamín Fondane, un para-surrealista fascinante en todo lo que escribió.

    En ese apéndice también podemos leer el fragmento de una carta del poeta y co-fundador del Surrealismo Paul Eluard a Gala, la Gala que aún no había seducido a Dalí. La carta, escrita en Marsella, es pornográfica, aunque menos que las de James Joyce a su mujer Nora, y quizá debiera yo advertir, como se hace en la sala de Recoletos a la entrada de sus salitas más sicalípticas, de que la cita que hago a continuación puede herir algunas sensibilidades a flor de piel. Eluard le escribe a su entonces esposa Gala totalmente exaltado tras una sesión de "cine obsceno" a la que le ha llevado un amigo: "La increíble vida que cobran en pantalla esos penes inmensos y magníficos, el esperma que brota. Y la vida de la carne enamorada, todas sus contorsiones". El poeta le confiesa a su mujer que la proyección le causó una erección de una hora, durante la cual, y es muy humano, más de una vez estuvo a punto de eyacular: "Si hubieras estado allí, no habría podido aguantarme".

    Eluard era drástico, como buen surrealista de la primera hora; esas películas liberatorias y potentes deberían según él proyectarse en todas las salas de exhibición cinematográfica "e incluso en las escuelas", para provocar "uniones sagradas, multiformes". Aunque hay una selección, a mi juicio excesivamente limitada, de películas en ‘La subversión de las imágenes', lo que le da densidad y calidad a la muestra son sus fotografías, algunas discretamente disimuladas en alcobas de luz tenue. Están, como es lógico, las grandes obras maestras de Man Ray, de Boiffard y de Claude Cahun, junto a otras de distinguidos compañeros de viaje como Brassaï o Alvarez Bravo. Pero también las gamberradas más selectas de los componentes del grupo, algunas firmadas y otras sometidas al albur del fotomatón. Los retratos instantáneos de Buñuel elevado y casi místico, de Breton haciéndose el muerto, de Yves Tanguy con la boca de monstruo o de Max Ernst improvisando juegos de manos tienen una comicidad irresistible.

     El humor y el peligro. En muchas de las piezas exhibidas el visitante percibe la sensación de amenaza que los autores sin duda han buscado deliberadamente, con el propósito de desconcertarnos, de molestarnos, de hacernos más despiertos o más inseguros en nuestra estabilidad habitual. Paul Nougé se convierte, a mi juicio, en uno de los nombres capitales del arte de la descolocación surreal, y sus imágenes narrativas son de lo mejor que está colgado en las salas de Mapfre. Hay una que aún me turba, semanas después de haberla contemplado. Representa a una mujer con flequillo que se lleva una tijera a los ojos; el título es ‘Pestañas cortadas'. Como la obra es fotográfica y no cinematográfica, no vemos el corte, ni el movimiento de las manos, ni la caída del pelo. Lo que vemos basta para darnos pavor. Y es curioso: el vello, todo tipo de vello (púbico, capilar, ocular), es motivo recurrente en esta galería de subversivos donde otra gran figura del movimiento, Dora Maar, se suelta literalmente el pelo (en su obra maestra erótica ‘Las piernas'), provocando una sensación similar a la que, durante una larga hora, Eluard sufrió en aquel cine porno de  Marsella.

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

Lo pequeño y bonito

Decía Lévy Strauss en El pensamiento salvaje, me parece que todo modelo reducido tiene una voluntad estética. Querría decir, por ejemplo, aunque no creo que fuera un ejemplo suyo, que los bebés a todos nos parecen bonitos y encantadores. Y tan sólo, si hablamos en general, porque son pequeños o menudos, menudencias. Algunos de los bebés desmienten desde luego este postulado con su tremenda  fealdad pero las excepciones, también aquí, afirmarían la regla.

Los cuadros, por ejemplo. ¿Quién duda a la primera consideración que un bodegón de tamaño inferior al natural tiende a ser más bonito que sui fuera su copia dimensional exacta? Y lo mismo, naturalmente ocurre con los paisajes, los montes y los mares. Pero hasta los perros, los caballos o las personas parecen más bonitos en su proporción reducida. La misma palabra bonito se corresponde con la de cute o pequeño, encantador, candoroso e inocente. No podría decirse que una figura a tamaño natural es fea pero sí que roza el límite de la fealdad porque un paso más, si la figura es mayor a la original, empeora la estética de la obra. Lo grande no es feo por sí pero su majestad lleva a otros diferentes puntos de vista.

Toda  estética incluye cariño y respeto, admiración y deseo de apropiación. Es decir, la estética, para ser efectivamente sentida, necesita creer  abarcar la contemplación del objeto. Una pieza mayor que, desde su tremendo natural, despide autoridad crea incómodas objeciones a su  dominio. El observador se complace en la belleza de la creación cuando el mismo puede crear ensalzándola. Por el contrario, el contemplador se hunde y ve aplastado su placer bajo el peso incuestionable de una escala superlativa. Existe por tanto una relación muy delicada entre el tamaño de los cuadros y sus temas. Todo lienzo exagerado arruina los detalles o los subraya al punto de dejar sin palabras propias al ojo que observa. Más o menos ,lo bonito proviene de haber contribuido con nuestra pupila a la bondad terminada del cuadro. Al participio pasado de lo bonito que se halla así no sólo determinado sino que impone el valor incalculable de nuestra bondad estética. Para nosotros es bonito y luce

. Cuando una ciudadela, un templo, un palacio unos jardines naturales son hermosos desdeñan  la visión personal del esteta y se convierten en ejemplares de la avalancha turística.

Finalmente: la escala puede transformar el suave deleite en angustia y el gozo íntimo en la angustia de la atracción pública.

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

Para hacerse visible

Muñecas bañando en los colores inmateriales de los años, muñecas exteriorizando el Tiempo, el Tiempo, de ordinario invisible, que para hacerse visible busca cuerpos, acaparándolos allí dónde los encuentra y proyectando sobre ellos su linterna mágica. (IV, 503)

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

De duelos y concilios singulares

 

Los duelos entre dos destacados guerreros, capitanes o reyes, y verificados ante los dos ejércitos enfrentados que aguardan el resultado como si fuera vinculante y de fuerte sentido augural, parecen un recurso literario, que no ha tenido antecedentes con acreditación histórica. Resultan demasiado plásticos y susceptibles de simbolismo. Tampoco parece creíble que miles de hombres armados y conducidos a su encuentro bélico vayan a renunciar a trincharse entrañablemente y a fiarlo todo a un encuentro azaroso entre dos escogidos representantes.

Por algo suspendió la superioridad el duelo singular entre Paris y Menelao, ante Troya, y en presencia de los dos ejércitos. Parece como si el poeta hubiera querido demostrar que el recurso era pobre y demasiado simplista. En cambio, en la Biblia, inevitablemente más populachera y didáctica, figura el precedente de las tres versiones del duelo entre David y Goliat, donde el malo, grande y feo se adelanta y desafía a los buenos, que son más pequeños, pero más guapos y listos, como se probó de forma lapidaria.

Carlos I de España desafió a Francisco I de Francia a combate singular dos veces, la primera poco después del Tratado de Madrid de 1526, y la segunda diez años después, al volver de su expedición a Túnez, cuando hizo públicas en Roma, ante el papa y el ambajador francés, unas cartas ocupadas a los berberiscos que demostraban que el rey de Francia se había aliado con los turcos. Proponía un duelo entre los dos reyes a espada o puñal, en terreno neutral, isla o semejante, y ante los ejércitos reunidos, detalles que el desafiador libraba al particular gusto del desafiado, o de una comisión designada al efecto. El desafío tenía claras reminiscencias literarias y Carlos I dejaba entender que sin duda habría intervención divina, en forma que se haría ver en su momento.

Pero hubo en efecto un duelo singular no sólo acreditado, sino  largamente comentado en discursos y crónicas de la época.  El 11 de abril de 1512, día de Pascua florida, se encontraron ante Rávena el ejército hispano-pontificio, al mando del virrey de Nápoles, Ramón Folch de Cardona, y compuesto por 18.000 hombres a pie, 2.000 a caballo, y 24 cañones, y el ejército francés, mandado por Gaston de Foix, y compuesto por 24.000 de a pie, 4.000 a caballo, y 50 cañones.

Los dos ejércitos se situaron uno frente al otro, a unos 150 pasos, ambas artilerías y caballerías enfrentadas, y permanecieron todos quietos durante dos horas, mientras las artillerías bombardeaban al personal como mejor podían. La infantería española se echó cuerpo a tierra y Fabrizio Colonna voceaba que era preciso atacar y no dejarse machacar por la artillería francesa. Pero Pedro Navarro, general en jefe, no daba la orden. Entonces Colonna exclamó: “¿Debemos morir por la obstinación y  malignidad de un marrano? ¿El honor de españoles e italianos debe perderse por culpa de un navarro?” Y, con eso, lanzó sus hombres, sin esperar la orden de nadie. Las caballerías españolas pesada y ligera cayeron así en la trampa, perdieron su preminencia y salieron a terreno llano, donde la caballería francesa era muy superior, como probó enseguida. Colonna y Ávalos fueron hechos prisioneros, y la caballería española, deshecha. El virrey Folch de Cardona huyó. La infantería española asistió sin dar un paso al desastre de la derrota de su caballería y la huida de su general en jefe, y, por fin, ante la llegada de la infantería alemana, compuesta por los famosos mercenarios lansquenetes con sus espadones y sus picas larguísimas, tuvo que plantar batalla.

Entonces se dio el espectáculo memorable del duelo entre Jacob Empser y  Cristóbal Zamudio, ante las dos infanterías que aguardaban el resultado del combate singular para empezar el colectivo. El capitán Jacob Empser, de gran planta y potente vozarrón, desafió al coronel Cristóbal Zamudio, riojano de Ezcaray y alcaide de la fortaleza de Burgos, que se había hecho famoso en las acciones de Caltelnuovo y Garellano, al frente de sus cuadros de infantería que nunca perdían la formación.

Zamudio se adelantó y dedicó la faena a Fernando el Católico con estas palabras, según fiel apunte que nos ha hecho llegar Jerónimo de Zurita: “Oh Rey, qué caras nos cuestan las mercedes que nos haces”. El combate entre el gran alemán y el riojano tirando a mediano se libró así ante todos. Y Zamudio le encontró pronto el ángulo muerto desde donde ensartarlo con la espada y lo derribó muerto. Enseguida se encontraron las infanterías, y la española cruzó furiosamente la alemana de lado a lado, casi sin deshacer la formación y perdiendo poco más de tres mil hombres. Las grandes espadas alemanas, largas como un hombre y que solían manejar a dos manos, no servían gran cosa en el cuerpo a cuerpo, y además los españoles se arrojaban bajo las picas alemanas, en busca del dichoso ángulo muerto que dejaban aquellas armas tan grandes y pesadas, y destripaban a los tudescos. Atravesada la infantería alemana, hicieron lo mismo con los gascones que venían detrás, y también los deshicieron y pusieron en fuga, no sin muchas pérdidas, pero con el mismo furor extraño que les hizo llegar hasta la artillería enemiga y apoderarse de ella. Entonces cargó Gaston de Foix contra la terca formación española con toda su caballería pesada. Habían transcurrido unas ocho horas de combate. La infantería española, que estaba aislada en medio de los enemigos más numerosos, comenzó su retirada sin perder nunca la formación, pese a las continuas bajas, y salio de aquel campo de muerte, derrotada, pero como si fuera ganadora. Y Gaston de Foix se puso tan furo con aquello que cargó en busca de Zamudio, y éste lo mató, según testimonio de Doussinague, mientras aún estaba en lo alto de su gran caballo y cubierto de su lujosa ferretería.

Zamudio mismo cayó poco después y también casi todos los jefes españoles, empeñados en defender la retaguardia de su infantería que se retiraba sin perder la formación, aunque sí la vida. Hubo, según Guicciardini, trece mil muertos en total, lo que hace un rendimiento de veintisete muertos por minuto, marca desconocida hasta entonces en la decana de las ciencias humanas, la que indaga cómo matar a la mayor cantidad de gente posible.

Francia no sacó ningún provecho, perdió a sus mejores hombres, y la batalla fue el inicio del declive de su poderío militar en Italia. Además, había combatido a favor del concilio de Pisa, montado y dirigido por Bernardino López de Carvajal, extremeño revolvedor que se había propuesto ser el “Papa Bernardino”. La victoria fue así para el ejército favorable al concilio pisano, lo que llevó la consternación a Roma, donde se temía la llegada y saqueo de los bárbaros. Entretanto, Bernardino declaró a Julio II contumaz y causante del cisma, y le ordenó que compareciera ante él. Por fin, el concilio aprobó un largo y audaz decreto, en el excelente latín de Bernardino, donde se suspendía al papa de Roma y se le retiraba toda la administración espiritual y temporal de la Iglesia, que recaía, como es natural, en el el concilio verdadero y su presidente.

Pero en cuanto pasó la guerra, si se exceptúan los trece mil muertos, que no cambiaron de parecer, todos se situaron en el bando adecuado y se portaron como si jamás hubiera estado en otro. Y Francia, que había suministrado tan ingeniosos poetas como Gringoire, Bouchet y Lemaire, para burlarse, desde París y en rima, de Julio II, mandó ahora eximios teólogos a Roma, por orden de Luis XII, que renegaba del diabólico conciliábulo de Pisa y del intrigante Bernardino. El papa Julio II devolvió a Luis XII el titulo de Cristianísimo y repuso la eficaz virtud de los sacramentos en su reino. También Maximiliano envió a su obispo Lang para hacer saber que repudiaba el cisma pisano. De modo que sólo el papa Bernardino, depuesto, excomulgado y exiliado en Lyon, figuró como adicto a la facción equivocada.

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

El Estado de la Desunión

El Estado de la Unión es lamentable. Esto es lo que se deduce del ejercicio realizado esta semana en el Parlamento Europeo, que ha podido escuchar y debatir sobre el discurso pronunciado por el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, acerca del balance de los últimos meses y las perspectivas de los próximos. Y si es lamentable por muchos conceptos, como la creciente desunión de los europeos, las dificultades de sus economías, la pérdida de peso específico en el mundo, lo es mucho más por una cuestión fundamental que hasta ahora se situaba en el corazón del europeísmo: Europa está perdiendo de forma irremisible su alma. Hace dos años fue la llamada directiva del retorno, que legalizó el internamiento sin juicio hasta 18 meses de los inmigrantes sin papeles y la expulsión de menores a terceros países que los acepten. En 2009 fue Italia la que entró en campaña con una ley que convierte a los inmigrantes sin papeles en delincuentes y prevé la formación de patrullas ciudadanas para vigilar su comportamiento. Ahora es Sarkozy quien está en campaña con sus expulsiones masivas de gitanos rumanos y un proyecto de legislación que prevé desposeer de la nacionalidad francesa a determinado tipo de delincuentes de origen extranjero.

Lo más lamentable del discurso de Barroso es que haya pasado de puntillas sobre este sembrado de xenofobia, racismo y populismo en que se están convirtiendo nuestros países, sin ni siquiera mencionar las últimas vulneraciones de la carta de Derechos Fundamentales de la UE y al último vulnerador. No es extraño, puesto que la Comisión Europea que preside ya dio su aval a las leyes de inmigración de Berlusconi, al igual que el Consejo Europeo y el propio Parlamento dieron el suyo a la directiva del retorno, más conocida como de la vergüenza o de la infamia. El discurso del Estado de la Unión, con el que Barroso quiso inaugurar una práctica parlamentaria nueva, coincide con la aplicación del nuevo Tratado de Lisboa pero no es una consecuencia directa que se deduzca de su articulado. No sucede así con el discurso que pronuncia anualmente bajo el mismo título el presidente de los Estados Unidos a finales de enero, cumpliendo previsiones constitucionales. El discurso norteamericano se celebra en un clima de alto contenido ceremonial, al que asisten las dos cámaras reunidas y las altas autoridades del país. Las palabras presidenciales son interrumpidas en numerosas ocasiones por las ovaciones en pie de todos los asistentes, sin distinción apenas de color político, y están destinadas a fabricar titulares en los medios de comunicación. Nada de esto sucedió el martes con Barroso, que probablemente no se había propuesto objetivos muy elevados. Su discurso fue un fatigante ejercicio de obviedades y tópicos, muchos de ellos bordeando el irrealismo. En el mismo año en que la UE se ha ausentado de las grandes negociaciones internacionales, desde el cambio climático en Copenhague hasta el proceso de paz en Oriente Próximo en Washington la pasada semana, estas son las frases huecas que salieron de su boca: ?Europa ha demostrado que es capaz de actuar y que habrá que tenerla en cuenta. Los que predijeron el fin de la UE se equivocaron. Las instituciones europeas y los Estados miembros han demostrado su liderazgo. Mi mensaje a todos y cada uno de los europeos es que pueden confiar en que la UE hará lo necesario para garantizar su futuro?. La nueva costumbre del Estado de la Unión implantada por Barroso tiene alguna ventaja. Es un buen momento para evaluar la situación en que se encuentran Europa y sus instituciones. Respecto a la primera, ya hemos visto cómo anda en cuanto a su papel en el mundo y en cuánto a la solidez de los valores que defiende. En cuanto a las segundas, la prueba de esfuerzo realizada ayer apunta en una dirección que debiera preocupar a la Comisión y a su presidente e incluso a los gobiernos de los 27, aunque no es tan seguro que sea preocupante para los ciudadanos, quizás al contrario. Los nuevos equilibrios institucionales producidos por el Tratado de Lisboa y por la crisis de las finanzas públicas europeas están dejando a la Comisión descolocada, al Parlamento Europeo en posición de creciente influencia y al Banco Central y a una Alemania cada vez más segura y firme en su crecimiento directamente al mando del negocio. Este es el otro Estado de la Unión del que no habló Barroso.

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

La shortlist del Booker

Andrea Levy, Howard Jacobson, Tom McCarthy, Damon Galgut, Emma Donoghue and Peter Carey. Photograph: PR/Eamonn McCabe/Sarah Lee Y cuando muchos pensaban que David Mitchell iba a ser el ganador del Booker de este año, el jurado dio una nueva sorpresa y lo sacó de la short-list. Otro favorito, el australiano Christos Tsiolkas, también salió de la lista. Peter Carey, sin embargo, logró persistir. El 12 de octubre sabremos quién ganó. La shortlist del Man Booker Prize 2010 es la siguiente:

Peter Carey?s Parrot and Olivier in America Emma Donoghue?s Room Damon Galgut?s In a Strange Room Howard Jacobson?s The Finkler Question Andrea Levy?s The Long Song Tom McCarthy?s C

En The Guardian comentan la shortlist en un artículo y la discuten en un podcast.

Leer más
profile avatar
9 de septiembre de 2010
Blogs de autor

Fontaine entrevistado

Arturo Fontaine Arturo Fontaine publicó hace poco La vida doble en la editorial Tusquets, luego de 12 años de silencio. Una novela política cuya investigación ha sido, al parecer, casi tan ardua como la escritura. Una novela donde asume realidades distintas a las suyas (a las del autor, digo) con absoluto derecho. Entrevistado en La Tercera, sin embargo, el autor de la nota anticipa una probable crítica por internarse en territorios que ?no son suyos? ¿Por qué? ¿Por qué un autor solo puede contar sobre lo que sabe o sobre lo que es? Toda obra de arte es una ficción y, como tal, una invención. Se juzga la verosimilitud y la realidad a partir de la lectura, no del mundo ?real?, que está en un plano distinto al de la realidad-real, lo que sea que eso signifique. Se inventan mundos extraterrestres, se inventan ciudades conocidas, personajes, sucesos. El mundo transfigurado en la escritura, pese a quien le pese, da lo mismo si uno cuenta su vida o la vida de un ser absolutamente ajeno a uno mismo.  La entrevista a Fontaine aparece en La Tercera pero no está en internet. Por eso, les dejo aquí algunas respuestas interesantes, mientras espero tener el libro y leer el regreso del gran Arturo a la ficción:

¿Cuál fue el punto de partida de la novela? Pensé escribir un reportaje sobre el carpintero Juan Alegría, uno de los casos más terribles: se mata a un inocen- te para inculparlo de un crimen que no cometió. Pero los datos que recopilé nunca me dejaron contento. Y me la ganó la ficción. Pero yo creo en la ficción que, de algún modo, alumbra la realidad. ¿Fue mucha la investigación? Sabía demasiado poco? Poco de armas, de formas de lucha, de procedimientos de inteligencia? Necesitaba meterme en la cabeza de esta gente, averiguar cómo eran sus métodos, su vida íntima, sus deseos. ¿Siempre pensó que la novela debía ser narrada en primera persona? No, eso fue parte de la búsqueda. Jugué con la idea de tener varios narradores que se entrecruzaran. Me gustaba que no calzaran mucho los puntos de vista. Pero perdía tensión. Escribí mucho que tuve que botar. Publicar es sacrificar, decía Donoso. Al final, me convencí de que el enigma de la novela era Lorena misma. El paso de una forma de vida a otra, la manera en que ella se da vuelta entera, tal como un guante, cómo quema todo lo que amó? son temas y motivos que me fueron atrapando. La novela es el relato que ella hace de sí misma, de su vida. Es también mi intento por comprenderla y su resistencia a ser comprendida. Para ella, toda comprensión es reduccionista y por eso duda de que su historia tenga sentido. Lo que ella quiere no es ser comprendida, es ser amada. Hay una cierta complicidad con la protagonista. Sí, no obstante que ya no puede estar más despedazada. Su yo ha sido apenas recompuesto, sin que las piezas calcen. Y aceptando que habla desde este descalce, yo quise al final arriesgar una apertura, un suspiro de esperanza. ¿Qué haces con tu vida cuando has dejado una embarrada de ese tamaño? Ella se arrepiente, hace actos de reparación, y no basta. Se siente víctima y lo es. Pero nada soluciona el problema. Nada lava sus culpas. No bas- ta el arrepentimiento. En la tragedia clásica ni siquiera basta la inocencia (Edipo era inocente, pero igual se ciega; aquí, por cierto, no hay tal inocencia?). Pero Lorena de alguna manera termina aceptándose a sí misma. Acepta su vida tal cual fue y tal cual será. Sólo entonces -cuando ya le queda muy poco- siente estar preparada para vivir y para querer, quizás. La novela plantea un tema de límites: hasta dónde podemos llegar sin disociarnos, sin dejar de ser... Exacto. Lorena tiene dos planos. En el plano público, tiene un compromiso racional y emocional con la vía armada. Pero, por otro lado, está el subterráneo mundo de sus genes de mamá, que brota con una fuerza que nunca calculó. Vive una contradicción interna que es lo que explica en parte su transformación. Pero sólo en parte, sólo en parte? Porque ella pudo escapar. ¿Por qué empezó a odiar con tantas ganas a sus hermanos revolucionarios? En una zona, Lorena está sometida al destino, pero en otra también escoge con sus actos. La novela es una exploración de la condición humana cuando es sometida a presiones extremas. Hay un momento en la novela, políticamente muy incorrecto, en que ella reivindica la acción armada y un comportamiento ajustado no a una lógica de víctimas, sino a una lógica de combatientes de una revolución que fracasó. En el MIR y en el FPMR hay quienes reivindican esa lógica. Pudieron haber matado a Pinochet, pudieron haber- se distribuido las armas de Carrizal, pudo haber habido una revolución de veras? A Lorena le molesta que la épica revolucionaria ahora devenga en un lamento. Con su transformación en víctima, el combatiente pierde su proyecto de vida. Es una conversión que le quita pólvora y justificación histórica; pierden sentido las chapas, las armas, los años de entrena- miento militar y, sobre todo, el sacrificio. Por eso, Lorena reivindica las protestas, que habrían sido exitosas gracias a las milicias, como una fase preliminar a otra posterior (la insurrección). Es lo que ella cree que nuestra transición abortó y traicionó.

Por otra parte, Arturo Fontaine menciona también lo que ocurre actualmente en la narrativa chilena y se atreve a dar una opinión favorable al Premio Nacional de Literatura dado a Isabel Allende. Dice:

Se van a cumplir casi 20 años desde la aparición de la Nueva Narrativa, de la cual usted fue parte. ¿Qué queda de eso, fue un verdadero movimiento? Algo queda. No fue, claro, un movimiento articulado en torno a un manifiesto. Pero en un momento en que predominaba el realismo mágico, de segunda o tercera mano, o el relato de gueto académico, aparecieron una serie de autores que reivindicaron (yo creo que de manera casual, o quizás a raíz de ciertas lecturas que habíamos hecho) la fuerza de la trama, de los per- sonajes, y la voluntad de tocar a un público ojalá amplio con novelas de factura literaria. Eso penetró y estas cosas yo creo que se han conservado. En esos parámetros se mueven con libertad y cada cual a su manera, no sé, un Zambra, una Andrea Maturana, una Andrea Jeftanovic, un Roberto Brodsky, un Missana, un Gumucio, un Bisama o una Alejandra Kúsulas? Discuto que haya sido un fenómeno de marketing, porque tengo la impresión contraria. Fue todo espontáneo. Es más: a diferencia de todos los grandes fenómenos editoriales chilenos que se hicieron afuera, lo novedoso de este es que fue hecho aquí. Es inevitable: su opinión del nuevo Premio Nacional de Literatura. Esto no les va a gustar a mis amigos escritores: creo que es un buen premio. Por supuesto Jorge Guzmán, Germán Marín y desde luego Antonio Skármeta eran excelentes candidatos y no me cabe duda que obtendrán el premio más adelante. Pero este era el año de Isabel Allende. Donoso dijo que le encantaba de ella su ?alegría narrativa?. Creo que esa es la clave. Los Cuentos de Eva Luna, Paula y, por supuesto, La casa de los espíritus son obras muy intensas, de una narradora innata, cuyas historias viajan muy bien a cualquier idioma. Por otro lado, este es también un premio a los lectores.

Leer más
profile avatar
8 de septiembre de 2010
Blogs de autor

Más sobre lo último de Auster

un barrio pobre en nueva novela de Auster En la Revista Ñ dan algunos alcances más sobre la nueva novela de Paul Auster, Sunset Park, que aparecerá en noviembre por Anagrama:

Alegría para los amantes de los libros de Paul Auster: en noviembre, Anagrama publicará una nueva novela: Sunset Park, que, según se adelantó, está en la línea Auster de historias de gente normal a la que le pasan cosas tragicómicas que, como dice el dicho, si no los matan, los fortalecerán. La novela, que toma su título de un barrio pobre de Brooklyn, cerca de donde vive Auster, toma el clima de crisis económica, conjugados con el mundo del arte y elementos eróticos. ¿Por qué tomar un barrio degradado?  ?Cuando la economía empezó a colapsar, allá por el verano de 2008 dijo Auster al diario español La Vanguardia  no cesaba de encontrar en las noticias historias de gente que perdía su hogar. Decidí que quería escribir sobre alguien que es expulsado de su casa, tratar del tema de la desposesión.? No fue sólo imaginación: ?Una amiga que vive en Sunset Park me estaba dando un tour por el barrio cuando encontramos una casa abandonada, enorme, que me llamó la atención y de la que tomé muchas fotos. Y en esa casa, que al poco tiempo demolieron, metí a mis okupas?. 

Leer más
profile avatar
8 de septiembre de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.