Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El centro y las orillas

Primer caso. La escritora más famosa -y rica- del planeta publica una ácida comedia suburbana que en nada recuerda a sus obras anteriores, dedicadas al público infantil. La expectación es inmensa: sin atreverse a decirlo, los críticos esperan su fracaso con la misma impaciencia de los fanáticos que se plantan en las librerías por un ejemplar de Una vacante imprevista. Como se esperaba, las reseñas resultan condescendientes cuando no demoledoras. Su autora, coinciden, tuvo un golpe de suerte con Harry Potter, pero sus recursos literarios no alcanzan para una empresa más seria (y aun así, vende millones). Entonces J.K. Rowling decide escribir una novela policíaca con un seudónimo celosamente custodiado. Desprovista de la fama asociada con su nombre, The Cukoo's Calling, firmada por un tal Robert Galbraith, recibe elogiosas críticas y vende unos 1500 ejemplares. Prevenida por un tuit anónimo, la presa la desenmascara (y el libro pasa a ser número 1 en Amazon).

            Segundo caso. Uno de los cineastas mexicanos más apreciados, capaz de convertir sus obsesiones en tramas tan deslumbrantes como rentables, realiza la película de mayor presupuesto de su carrera, un blockbuster de los grandes estudios para la temporada de verano. Tras haber trasladado sus historias delirantes y oscuras a otros proyectos hollywoodenses, y de tramar al menos una pieza perfecta -El laberinto del fauno-, la expectación en torno a su nueva aventura es enorme. Al final, Pacific Rim resulta lo anunciado: un banal blockbuster para el verano. Aunque los críticos intentan hallar algún toque personal -el cameo de sus actores-fetiche-, el abrumador espectáculo de robots contra godzillas podría haber sido dirigido por cualquier otro director. De Guillermo del Toro, poco más que su nombre.

            Tercer caso. Se cumplen diez años de la muerte del escritor en lengua española más apreciado por la crítica y más venerado por los lectores del orbe desde García Márquez. Alguien que, tras la publicación de una decena de textos en sus últimos años de vida, se convirtió en un autor de culto entre los jóvenes latinoamericanos y luego en un gigantesco fenómeno de mercado. Traducido por doquier y representado por el agente literario neoyorquino más conspicuo, Roberto Bolaño dejó de ser el escritor marginal de su juventud, cuyos fracasos generacionales tan bien retrató en Los detectives salvajes, para alzarse como un icono global. Apenas sorprende que quienes lo alabaron por ser un "escritor para escritores", un autor secreto, apreciado por unos happy few, sean los mismos que ahora lo menosprecian por encarnar la mainstream.

            Si bien estos casos no tienen otro vínculo que la coincidencia temporal que los amalgamó en la prensa en estas semanas, pueden ser vistos como pruebas de la tensión entre la marginalidad y el centro que persiste en todas las áreas de nuestra cultura capitalista. Pese a las acusaciones de sus detractores, ninguno es un "producto del mercado": J.K. Rowling era una desempleada que escribió el primer volumen de Harry Potter en un café, a Del Toro le costó un ingente esfuerzo financiar su primer filme y Bolaño pasó largos años participando en concursos para publicar sus primeras narraciones. En los tres, el ascenso a la fama fue tan inesperado como merecido: dígase lo que se diga, Harry Potter contiene un mundo imaginario fabuloso, las negras fantasías de Del Toro están llenas de sabiduría y Los detectives salvajes y 2666 son las mejores respuestas a las novelas del Boom.

            No obstante, al transitar de los márgenes al centro, estas obras no han podido escapar a la condición de mercancías de consumo global, para desazón de sus primeros fanáticos. Una vez allí, la maquinaria diseñada para acentuar su éxito resulta imparable: en cuanto un producto cultural produce millones de dólares, escapa al control de sus artífices (y se convierte en blanco de los exquisitos que creyeron descubrirlo). Aunque la codició, Bolaño no tuvo ocasión de padecer las desventuras de la fama, pero Del Toro y Rowling han tratado de enfrentarse a ella con distintas estrategias. El primero ha combinado sus proyectos más personales con sus incursiones hollywoodenses, en tanto que, al crearse un seudónimo, Rowling pretendió volver al anonimato de sus inicios.

Al final, sus intentos demuestran que, si se busca permanecer dentro del sistema, huir de la telaraña es imposible: la mayor paradoja de esta historia es que justo los creadores que más se han empeñado en retratar los márgenes de nuestra cultura -la magia y los monstruos infantiles o la bohemia artística latinoamericana- hayan terminado absorbidos por ese centro que tanto parecía repelerles. El cliché tiende a confirmarse: quienes habitan las orillas aspiran con todas sus fuerzas a viajar al centro y quienes han llegado al centro no hacen sino producir obras que reflejan su nostalgia por ese pasado marginal, sólo para que sus publicistas procedan a venderlas como modelos de integridad artística.   

 

Twitter: @jvolpi

 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Zapatos sucios

Jorge Bergoglio no cuida de sus zapatos. Son los de un cura andariego, poco atento al atildamiento de un príncipe de la Iglesia. Se vio enseguida, en el contraste de sus zapatones de papa recién elegido con los esmerados mocasines rojos de Benedicto XVI.

No es solo el diablo el que está en los detalles. El papa Francisco lleva su cartera atiborrada de papeles y circula en utilitario, el Ford Focus o el Fiat Idea de las clases medias emergentes, en vez de los Mercedes y BMW de los ejecutivos. Los pastores no tienen remilgos en mezclarse con las ovejas ni en hundir los pies en el barro.

Su mensaje inicial aparece en toda su magnitud en su primer viaje internacional esta pasada semana. Este hombre que escogió como papa el nombre del pobrecillo de Asís quiere una Iglesia pobre y para los pobres. El primer país católico del mundo así lo ha entendido a la primera: no hacen falta muchos teólogos para captar el mensaje.

Brasil es uno de los países emergentes, que va a contar y ya cuenta en el nuevo reparto de poder mundial en el siglo XXI. Su fuerza está en sus clases medias, estas multitudes que están saliendo de la pobreza a costa de sudor y sufrimientos y accediendo a la educación, la vivienda, la sanidad y el bienestar. Su debilidad, en cambio, en los que se quedan en el camino y los que no consiguen subir el peldaño.

A pedir la atención y su cuidado dedica Francisco sus sermones de cura de barrio. De poco sirve emerger de la pobreza si la sociedad deja atrás a multitud de minusválidos y enfermos, drogadictos y presos, maltratados y prostituidos, parados y desposeídos. A ellos ha dedicado sus primeros cien días y sus primeros viajes, el que hizo a la isla de Lampedusa para recabar solidaridad con los inmigrantes tachados de ilegales, y ahora a Latinoamérica, su continente y continente también de los desposeídos.

No los ha dedicado, en cambio, a la moral sexual y reproductiva, donde el conservadurismo católico busca angustiado su identidad y frontera con la sociedad laica, a pesar de que su instalación en el Vaticano coincide con los mayores avances legales del matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos y Francia. ¿Significa eso que Bergoglio está a favor del aborto, del matrimonio gay y de la reproducción asistida? En absoluto: pero sí nos dice, con la elección de los temas de su preferencia, que considera mucho más importante arrastrar sus zapatos de pastor junto a los parias de la tierra.

Hay euforia en la Iglesia católica con el nuevo Papa. Cosas así no se habían visto desde hace al menos medio siglo, cuando llegó al papado Juan XXIII, el hombre que suscitó la admiración de la filósofa judía y agnóstica Hannah Arendt por el hecho insólito de que un verdadero cristiano alcanzara la sede de San Pedro. ¿Sabían entonces realmente los cardenales a quién habían elegido? ¿Lo saben ahora?



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

En las montañas de la locura

El narrador de Todos los perros son azules (Sexto Piso, 2013), del brasileño Rodrigo de Souza Leão, sabe que tiene un problema mental y que por eso está recluido en un psiquiátrico. A ratos explica que la culpa de su locura la tiene un grillo que se tragó diez años atrás. Otras veces, que todo se debe a un chip que le han implantado en su cabeza, y otras, a que en un ataque de furia destrozó todas las cosas de vidrio de la casa de su madre. En la tradición literaria de los locos lúcidos, el narrador dice algunas verdades ("Detesto el espejo. El espejo sólo sirve para mostrar cómo empeoramos con el tiempo. La primera cosa que rompí fue el espejo"), mezcladas con señales inequívocas de su trastorno ("Lo rompí porque estoy hecho de trozos de vidrio y cuando los trozos de vidrio me invitan, desordeno todo").

No es fácil representar la locura, dar cuenta de ese estado alterado de manera verosímil. Muchos escritores lo intentan y pocos salen bien librados de ese desafío (el mejor escritor contemporáneo de la locura es el húngaro László Krasznahorkai: de una manera u otra todos sus personajes están poseídos por una locura trascendente y nos hacen entender que el mundo, bien mirado, es la obra de un Dios psicótico). De Souza Leão suena convicente, sugieren algunos críticos, porque estaba loco y conocía la locura de cerca; nacido en 1968, padecía de esquizofrenia y falleció en un psiquiátrico en el 2008; su novela es, digamos, autobiográfica.

Pero ese no es un argumento; un loco no tiene por qué escribir una excelente novela sobre un loco. Bastaría grabar el discurso de un loco para hacernos ver cómo eso puede terminar en un texto impenetrable, que necesita de sus interpretadores para ser "entendido" por el lector. Un muy buen ejemplo de esto: El Padre Mío, de Diamela Eltit, la grabación que la escritora hace del habla de un esquizofrénico, y cuyo hermetismo, rotura de sentido y alucinada asociación de ideas termina siendo interpretada por la misma Eltit en el prólogo al libro como el testimonio alegórico del Chile roto por la dictadura. El Padre Mío es un gran texto a pesar del prólogo: es un correctivo a la transparencia del discurso testimonial, que busca una fácil empatía entre los lectores y los seres marginales (los pobres, los locos). 

Puede que la locura sea insondable, pero, aun así, su representación literaria necesita tener algunas conexiones con la realidad, armar al menos un esbozo de sentido, por más que éste se refiera a la falta de sentido de la vida. Todos los perros son azules funciona porque está cómodamente instalada en una tradición importante de la literatura moderna desde Rimbaud, pasando por Vallejo y Beckett, que da cuenta, a través de su mismo discurso quebrado, de incansables y rítmicas asociaciones de ideas que obedecen a su propia y secreta lógica, de la "temporada en el infierno" que es la vida. El psiquiátrico en el que vive el narrador puede entenderse como una metáfora del mundo: "La primera libertad es salir del cubículo. La segunda libertad es andar por el manicomio. Libertad, sólo fuera del manicomio. Pero la libertad de verdad no existe. Estoy siempre chocando con alguien para ser libre. Si hubiera libertad, el mundo sería una locura con todo el mundo".

El narrador de Todos los perros son azules inyecta buenas dosis de inteligibilidad dentro de su desvarío psicótico. Habla todo el tiempo con Rimbaud y Baudelaire -los santones de este delirio--, aunque sabe muy bien que no están presentes junto a él: "es tan triste tener como amigos a dos alucinaciones". Esa capacidad para darse cuenta de algunos elementos de su locura y no perder jamás el sentido del humor ("¡Quiero ser promovido a alucinación de alguien, por favor!"), no es freno suficiente para su desvarío, que lo lleva a crear un lenguaje universal, el Todog, para que todos los seres del universo puedan comunicarse ("Sí, yo estoy en todo. Anhamambé arlicouse proto bumba Todog"). Rodrigo de Souza Leão estaba loco. A pesar de eso, en esta magnífica novela ha logrado una representación de lo locura que suena muy verosímil.  

 

(La Tercera, 27 de julio 2013)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

84. Lecturas íntimas y lecturas zombies

Ayer estuve en Jaca dando una conferencia y dije, entre otras cosas: / La figura del lector es comparable a la del zombi. No he visto muchas películas de zombis (en esto el experto es Jorge Fernández Gonzalo, autor del sugestivo ensayo Filosofía zombi, 2011), pero en la mayoría los zombis se alimentaban de los cerebros de humanos, y no podían ser revertidos: no podían salir de la condición "zombiesca", de modo que la única opción era dejarlos vivos o matarlos. Creo que al infectado por el virus de la lectura le sucede algo parecido, entendiendo por lectura no la de best-sellers, sino la de auténticas obras de arte. El lectoespectador no puede dejar de alimentarse de (las obras de) los cerebros ajenos. El síndrome lector es aún más fuerte que el de la escritura, pues este último admite reversión pero el de la lectura no. Hay quien se cura del vicio redactor y abandona la literatura. Ustedes recordarán varios nombres de escritores que dejaron de escribir pero, casi seguro, a ningún escritor que dejase de leer. Una vez inoculado el veneno de la lectura (un veneno que, como el pharmakon platónico, es a la vez mal y remedio, según Jacques Derrida), el tósigo amolda y formatea el cerebro infectado, que ya nunca podrá dejar de leer compulsivamente. / Cuando el escritor se queda ciego, como Papini o Borges, pide a sus personas cercanas que le lean textos en voz alta. La lectura es la única droga que puede disfrutarse en carne ajena, que se goza incluso inoculada en otra carne. / Internet y las tecnologías digitales que ahora asumen la literatura han apartado el cuerpo de la experiencia lectora, pero ésta no ha abandonado la cama. Lynn Kaplanian-Buller llama lecturas cálidas a las que se hacen de noche en el lecho, con las que el lector establece una relación afectiva: "es una forma privada de lectura, a menudo hecha en la cama, y sentimos que los materiales orgánicos como el papel pueden absorber y mantener la experiencia lectora más segura para otro día". Igualmente, Remedios Zafra recuerda en su reciente ensayo (h)adas. Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean (Páginas de Espuma, 2013), que la educación de Ada Lovelace, la primera programadora, y la de otras mujeres jóvenes de los albores del XIX, se producía también en la cama, donde leían los libros y la correspondencia de sus tutores. El cuarto propio que reivindicaba Virginia Woolf para la mujer se reducía muchas veces a la cama. El espacio íntimo, dice Zafra, vuelve a ser ahora, dos siglos después, espacio de acceso a la información, pues también se llega desde la cama o el sillón preferido al conocimiento a través del ordenador o los dispositivos móviles. / Vivir es ver volver, dijo Azorín. / Jorge Carrión reclama "desacralizar una actividad que a estas alturas de la evolución humana ya debería ser casi natural: leer es como caminar, como respirar, algo que hacemos sin que sea preciso pensarlo antes" (Librerías, Anagrama, 2013).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
27 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El foco de Dios

Claro está que la idea de belleza cambia con cada época. Perecería que existiendo un Dios eterno la belleza acompañaría ese zanco de eternidad, pero no es, sin embargo, de este modo. Dios obra como una poderosa luz que desataca lo bello y lo feo, lo malo y lo bueno, aunque o todo depende, desde luego, de aquello que los autores sitúen en el plató.

La batalla para lograr lo hermoso y su contrario se halla en manos de los autores. Con una importante condición y es que a Dios no se le pueden exponer baratijas, diseños que no poseen imaginación. La relación de Dios con los aristas es muy estrecha y muy laxa, a la vez. Es estrecha en el recinto de la mente pero es laxa en el sentido de que a Dios lo mismo le da, una obra maestra que una copia, algo excelso u otra que no levanta un palmo de la mediocridad.

Dios es sólo el foco. Un foco tan potente como la de un juez absoluto más allá del cual no hay recursos de casación. ¿Y que qué le queda al artista ante este anonadamiento judicial? Sólo la invención. Inventarse, reinventarse o revelarse son asuntos de gran empaque criminal. Toda innovación conlleva una negación de lo preexistente y si el golpe es de muerte mejor que mejor. El auténtico artista es un gran asesino. Sacar una belleza nueva de los preexistente comporta tomar lo preexistente como un cadáver y practicar sobre él una suerte de autopsia y resucitación.

Sólo los artistas de potencia, abocados al precipicio, olvidados de sí son capaces de mostrar ante Dios otro género insólito bajo su foco insólito. A Dios no lo intimida el cambio, no faltaba más. Pero la época se siente afectada por el un nuevo modelo de belleza que remueve la moral.

La belleza, en suma, es todo menos un aditamento estético. Los artistas que innovan son capaces de intuir que ha cambiado el mundo y no siempre exageran en su apreciación. Lo bello y lo feo son faros de ida y vuelta. Atraen luz divina sobre la nueva cosa y la nueva cosa irradia sobre el entorno de las costumbres o la manera de amar. Ser humano, aparte de otros alicientes, permite disfrutar de este imprevisible cambio entre lo bello y su birria. O, lo que es lo mismo: lo que al cabo es moral habiendo sido inmoral.

El ejes obre el que gira el mundo podría reasumirse en esta idea sencilla. Lo que es feo hoy será bello mañana, tal como dicen los modistos. Y la moda es el torno crucial en torno al cual orbita una constelación de símbolos que terminan por aterrizar en el asunto del bien y del mal. ¿Una boda entre homosexuales? Era feo y ahora tiende a ser bonito. Un cuadro o un espectáculo de vieja factura pasará ahora al cementerio de lo ya visto. Lo no visto, sin amargo, impresiona bajo el potente foco de Dios que revela la emergencia de una nueva belleza. Nos pasaba ya con chicas que nos enamoraban. No eran guapas para la época pero llevaba en sus facciones los presagios de otro gusto actual, preconizadoras de una nueva cultura estética y primordial.

Somos lo que somos sin llegar nunca a ser. Y la belleza más atractiva es aquélla que es sin alimentarse en el pesebre de toda la vida nos llama la atención. Toda la vida, en cualquier punto, posee belleza pero gracias a los artistas -fautores clave- la estética es cambiante, la estética es divertida, la estética da pie a mantener un diálogo digno y bailable con la Creación. Dios el mundo y yo.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
26 de julio de 2013
Blogs de autor

I. Imprimes, luego existes

La idea que tenemos de imprimir se reduce generalmente al papel. Reproducir un documento, que es lo que un tiempo los monjes hacían a mano con los libros, y luego pasó al dominio de la imprenta de tipos móviles, la gran revolución del siglo XV. Siempre me ha fascinado imaginar el desconcierto de aquellos copistas encerrados tras las paredes de los conventos, no pocos de ellos analfabetas, cuando escucharon las primeras noticias de que se había inventado una máquina que sustituiría para siempre su paciente trabajo de pendolistas.
Como uno de esos monjes medioevales me sentí cuando en los años ochenta del siglo pasado abrí en Managua la caja donde venía el primer ordenador de palabras que llegaba a mis manos. Yo mismo lo instalé, siguiendo de manera febril las instrucciones del manual, y no quedé en paz hasta que pude teclear la primera palabra en la pantalla verde mientras la señal del cursor me incitaba a seguir adelante.
Las impresoras conectadas a las computadoras personales de entonces eran rudimentarias, pero hoy han logrado eliminar de nuestras mentes el concepto de original y copia que antes teníamos. Una impresora sólo produce originales, y esto que parece tan simple ha significado la alteración de todo un concepto filosófico.
Los grandes inventos no sacuden de un solo golpe a la humanidad, sino que se van abriendo paso en las mentes hasta que, después de ser un asunto de pocos, su uso se generaliza, y se vuelve costumbre.

Leer más
profile avatar
26 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Fuerzas de flaqueza

Pocos creen en las nuevas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos que Washington prepara entre bastidores. Pero a la vista está que convienen a muchos. Al que más, al nuevo secretario de Estado John Kerry, que sustituyó a Hillary Clinton el pasado febrero y ha conseguido en apenas seis meses de frenética actividad que las dos partes del conflicto aceptaran sentarse de nuevo en la mesa de negociación.

Nada sería más gratificante para el candidato presidencial demócrata derrotado por George Bush en 2004 que obtener un éxito desde su nuevo puesto donde tres presidentes sucesivos cosecharon amargos fracasos. Ni Clinton en Camp David en 2000, ni Bush en Annapolis en 2007, ni mucho menos todavía Obama en Washington, en las más recientes y breves conversaciones de septiembre de 2010, pudieron avanzar en la concreción de esos dos estados, uno palestino y otro judío, en paz y seguridad.

Llega el anuncio de las conversaciones, todavía sin fecha, cuando más desprestigiada se halla la fórmula, ahogada fundamentalmente por la expansión de las colonias judías en el territorio de Cisjordania donde debería asentarse precisamente el Estado palestino. Pero llega también en un momento de cambio vertiginoso en la región, irreconocible respecto al contexto en que se celebró la anterior negociación.

No cambian los términos del problema, ni por supuesto las objeciones y dificultades de una y otra parte. Versan sobre la delimitación del territorio, que los palestinos quieren que parta de las fronteras anteriores a 1967; el destino de los refugiados palestinos, que Israel no quiere acoger en su territorio; y el estatuto de Jerusalén, capital eterna e irrenunciable para los judíos y ciudad sagrada para los musulmanes.

Todo parece la enésima y tediosa repetición de idéntica jugada, pero el mundo de 2013 ya no es el mismo que el de las anteriores ocasiones fracasadas. Todos los protagonistas han cambiado y se hallan más debilitados. Ya no está Mubarak, que garantizaba la paz a los israelíes; pero tampoco Morsi, que se dejaba llevar por su verbalismo antisemita, aunque nada hubiera tocado de los acuerdos con Israel. Siria se halla en guerra civil y probablemente dejará de existir como Estado unitario. Hamas está inerme sin los Hermanos Musulmanes en el poder en Egipto. Quien lleva el marchamo de mayor debilidad y desde hace tiempo es, por supuesto, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en falso en cuanto a legitimidad democrática. También Israel, en su punto más bajo de apoyo internacional, y el responsable, el primer ministro Benjamin Netanyahu.

El secretismo con que ha operado el secretario de Estado, principalmente para eludir las condiciones previas exigidas para sentarse en anteriores intentos, impide conocer los detalles, pero no es aventurado cifrar en las debilidades de las partes la clave de las nuevas conversaciones. Gracias a la debilidad funciona la presión de la superpotencia y gracias a la debilidad adquiere sentido el oxígeno político que puedan extraer Abbas y Netanyahu. El ex ministro de Exteriores israelí Shlomo Ben Ami ha señalado en estas páginas que "no es imposible que lo que empieza como un ejercicio táctico acabe convirtiéndose en una nueva realidad estratégica".

También es débil la superpotencia patrocinadora, cuya influencia en la zona iba de capa caída, como muestra entre otras cosas su incapacidad ni siquiera para influir en el escenario sangriento de la guerra civil siria. Y poco hay que añadir a lo mucho que se ha escrito sobre la debilidad congénita de los europeos, aunque por una vez, quizás la primera en décadas, haya pesado una decisión de la Comisión, en concreto la que excluye a los asentamientos israelíes en los territorios ocupados de las ayudas financieras para investigación.

El Gobierno israelí intentó frenar la publicación de las directivas con el argumento de que ponían en peligro el trabajo de Kerry para sentar las partes a negociar, pero a pelota pasada se ha visto que el efecto ha sido exactamente el contrario y constituye un adelanto de lo que puede suceder con las colonias israelíes construidas fuera de toda legalidad internacional.

Hay una ventaja táctica común a toda negociación, como es la compra de tiempo. Los gobernantes israelíes son maestros en la materia, y han sabido aprovechar el obtenido desde los acuerdos de Oslo hace 20 años para modificar la realidad sobre el territorio ocupado con el objetivo de condicionar al máximo la fórmula final. Pero lo han hecho en exceso, hasta convertir las colonias en un hándicap estratégico, poco tolerable para la comunidad internacional.

Incluso Netanyahu empieza a percibir la amenaza para una fecha tan próxima como 2020 de una mayoría árabe entre el Mediterráneo y el Jordán, que convertiría la creación de un Estado palestino en la única fórmula para salvar un Israel que quiera seguir siendo un Estado judío y democrático. Palestina no puede nacer de la escasa fortaleza de los palestinos, pero sí de la creciente debilidad de los israelíes.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
25 de julio de 2013
Blogs de autor

Mujeres desnudas

Este verano Madrid se ha llenado de mujeres desnudas, que forman la avanzada de una dominación en imágenes. PhotoEspaña ya lleva quince años de existencia, en una rara y feliz combinación de lo privado y lo público que organiza estupendamente bien La Fábrica. Pero lo de este año es extraordinario. La ciudad se ha convertido en un museo variado y sorprendente de casi cien años de arte fotográfico, abierto en la mayoría de sus espacios hasta mitad de septiembre; realmente merece la pena el desvío o el viaje adrede.

Como hay muchas y todas las exposiciones que he visto (diez) son de interés, me limito a reseñar las más fascinantes para mí, en las que la mujer, a uno y otro lado de la cámara fotográfica, es protagonista. La más inesperada, y que por ningún concepto nadie debería perderse, es la que ocupa un ala de la Academia de San Fernando hasta el 27 de septiembre. Conocí de un modo casual en Praga, el año en que el terciopelo hacía caer el telón de acero soviético, la obra de Frantisek Drtikol, uno de los grandes nombres peor conocidos de la vanguardia histórica; la muestra que ha traído PhotoEspaña se centra en los desnudos femeninos de la década 1920, de un refinamiento estético y una osadía sensual poco comunes incluso en aquel tiempo iconoclasta. Convertido al budismo, Drtikol dejó la pureza futurista por la mística oriental, con lo que su obra perdió filo y relieve; lo que se expone en Madrid es la vida breve de un gran creador de formas.

Menos atrevidas pero provistas de gran encanto y muy buen hacer son las fotos de la serie ‘Los Kennedy' tomadas en los primeros años 1960 por Mark Shaw (exhibidas en los locales de Loewe en la calle Serrano). Aunque la serie cuenta con algunos de los retratos preferidos del propio presidente asesinado, es Jackie, sola, con su marido, en familia, asomando pícaramente la mitad de su bello rostro tras el de su bebé John Jr., la figura que da vida y color a estas estampas domésticas anteriores a la tragedia.

    Pero las fotógrafas aportan con su enfoque afortunadamente sesgado la otra cara de la representación. Bajo el título ‘Mujer. La vanguardia feminista de los años 70', el Círculo de Bellas Artes acoge una riquísima selección de la colección Sammlung Verbund de Viena, en la que podemos seguir el itinerario comprometido, irónico, a veces juguetón y otras hiriente, de un amplio grupo de artistas, la mayoría independientes entre sí pero unidas por el afán de mostrar su cuerpo, frecuentemente desnudo, en desafío a los clichés sexuales de la mirada masculina. A los nombres consagrados de Cindy Sherman, Esther Ferrer, Ana Mendieta o Valie Export, se añaden, para mí como un descubrimiento, los de las vienesas Birgit Jürgenssen y Renate Bertlmann, en su ácida figuración autodisfrazada. Y deslumbra, como siempre que se ve su trabajo, el mundo singular de Francesca Woodman. Acabo mi restringido paseo fotográfico con ‘Escrito sobre el cuerpo', que llena varias salas de la Fundación Telefónica con una antología de fotos, instalaciones y películas de la artista iraní exiliada Shirin Neshat. Las mujeres de Neshat se ofrecen en poses provocativas (hay que ver íntegro su cortometraje ‘OverRuled'), y también veladas de la cabeza a los pies; entre los dos extremos lucha la libertad femenina en las convulsas sociedades del mundo árabe.

Leer más
profile avatar
25 de julio de 2013
Blogs de autor

La matriz del odio

Leo ("Le Monde Diplomatique Julio 2013) un impresionante informe del profesor Vicenç Navarro sobre los orígenes de la conmoción económica actual, en el que se describe la rebelión del poder contra el compromiso, trabado en los años de posguerra, entre la defensa de los intereses del capital y la defensa de los intereses del trabajo, el cual había permitido que lo globalmente percibido por el trabajador (salario directo más beneficios sociales) aumentara paralelamente a la productividad. Puesto en cuestión desde principio de los ochenta, el pacto quedaría tocado de muerte desde la caída de la Unión Soviética, aunque el ataque se disimulara por la necesidad de subvencionar la reunificación alemana que exigió aumentar el déficit público y generar una dinámica de endeudamiento, primero en la propia Alemania y después en toda Europa, mediante el expediente de esa "alemanización de los intereses monetarios" que supuso la creación del Euro.
Este endeudamiento habría a lo largo de unos años disimulado que la batalla la iba ganando el capital, y las cifras que da el profesor Navarro son escalofriantes: "Durante el período 1981-2012, el descenso de las rentas del trabajo fue de un 5.5 en Alemania, un 8.5 en Francia...y un 14.6 en España". Naturalmente para que esto pudiera ocurrir la forma de terrorismo consistente en disciplinar a los trabajadores con la amenaza del paro fue un ingrediente clave. De tal forma que el desempleo, lejos de ser una maldición para los gestores, del capital es un arma indispensable...que obviamente puede conducir a la explosión del sistema. Bastaría quizás con que los trabajadores alemanes empezaran a sumir las consecuencias de que "tienen más en común con los trabajadores de los países GIPSI [acrónimo que al incorporar a Italia vendría a sustituir al "ocurrente" PIGS] que con su establishment financiero y exportador". Obviamente, tras los alemanes habrían de incorporarse a la causa los trabajadores del norte de Italia y los de Cataluña o Finlandia...
¿Y entretanto? Simplemente la guerra fratricida, el rechazo a la otra víctima, sustituyendo a la lucha contra el capataz propio (y digo "capataz", porque aquí efectivamente nadie tiene el mando, lo cual, aunque exime de responsabilidad a los que parecen tenerlo, no por ello les hace menos viles). En el ínterin... simplemente la obediencia, obediencia que alimenta la matriz del odio.

Leer más
profile avatar
25 de julio de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Nuestro pan de cada día

El antropólogo Claude Lévi-Strauss aseguraba en Tristes trópicos que "el mundo empezó sin el hombre y puede terminar sin él". Más centrado en lo suyo, Predrag Matvejevic aventura una predicción de menos alcance pero igual de inquietante: "La humanidad nació sin el pan y puede quedarse sin él".
Quien lea este libro sabrá que cualquier alusión a la palabra "pan" va mucho más allá de un simple pedazo de masa de cereal horneado con o sin levadura, pues como dice el propio Matvejevic, "Los caminos del pan han transcurrido por el espacio y el tiempo, por la memoria y el olvido. Es difícil constatar dónde empiezan y dónde acaban. Casi siempre ha ido de oriente a occidente, siguiendo el sol. [Pero]...el pan no aguanta viajes largos, se endurece, envejece, se pudre. En realidad viajan las semillas, las experiencias, la necesidad". Y, como no podía ser menos, en la necesidad está la clave del libro entero. Parafraseando a Lutero, dice Matvejevic: "Cuando pides "tu pan de cada día" estás pidiendo cuanto sea necesario para tener y disfrutar del pan de cada día, y por otro lado [te estás manifestando] contra todo aquello que interfiera con ese disfrute". Todo un programa político de alcance aún más perfilado por el anarquista Piotr Kropotkin, conocido como el "príncipe negro", cuando sostiene en La conquista del pan que en la lucha por conseguir el alimento la "necesidad" debe prevalecer sobre el "deber".
O sea que, como se ve, sin apenas haber entrado a hablar en serio sobre el pan, ya se han planteado cuestiones históricas, sociológicas, políticas, geográficas, éticas y religiosas, ello por hablar del puro y simple placer que el hombre ha encontrado en él desde antes incluso de haber entrado en la historia.
Según cuenta el autor, su infancia estuvo marcada por su propia hambre (nació en Mostar (Bosnia) en 1932 y por lo tanto le pillaron de lleno las terribles consecuencias de la II Guerra Mundial en los Balcanes), pero también una infancia marcada por el hambre experimentada por sus familiares más directos, unos refugiados que años después de huir a Yugoeslavia desde Rusia fueron capturados por los invasores alemanes y enviados a campos de concentración. Su propia relación con el pan (o con la ausencia de él) y los relatos de quienes regresaron de los campos de exterminio como muertos en vida o la memoria de quienes perecieron en ellos le animaron a escribir una historia del pan que por unas causas u otras se fue posponiendo, aunque en ningún momento dejó de acumular datos que ahora están a disposición del lector de este libro de difícil catalogación, pero escrito con la pasión y la curiosidad que el pan exige.
Porque pasan cosas harto curiosas con el pan. A todos nos fue enseñado de niños que si caía al suelo un pedazo de pan no sólo había que recogerlo sino que era preciso besarlo para devolverle su dignidad. Y resulta que recibió idéntica enseñanza un niño bosnio croata criado en el seno de una familia de refugiados rusos, circunstancia que se pone de manifiesto al hablar de esa misma costumbre en Oriente Próximo, la antigua Grecia y otros lugares de tradiciones igual de dispares. Otra afirmación curiosa: cuanto más se asemeja un idioma al nuestro, más cercana resulta su relación con el pan, aunque la cuestión lingüística ofrece infinitas posibilidades que Matvejevic  explora en todas las direcciones posibles, quizá incluso en exceso para el lector no especializado.
Pero es un apasionamiento que se entiende porque la imbricación en el habla cotidiana, desde tiempos inmemoriales y en todas las lenguas del mundo resulta fascinante. Cuando Adán es expulsado del paraíso queda condenado a ganarse el pan con el sudor de su frente, y se dice así porque en todo el mundo el pan es el símbolo del sustento para la vida. Es asimismo fascinante la relación del pan con el cuerpo, empezando por el "Yo soy el pan de la vida", de Jesucristo, que luego mantendrá una relación constante con ese pan que vuelve a jugar un papel primordial durante su última cena en este mundo. 
Nuestro pan de cada día es un libro intenso, casi podría decirse que la obra de toda una vida, y aunque apenas llega a las doscientas páginas hay momentos de gran densidad que se ven compensados de largo por la ya mencionada pasión puesta en su escritura, unida a una inmensa y asombrosamente variada cantidad de información. Y quien no aprenda a odiar el pan congelado y recién horneado que venden ahora en las gasolineras y los supermercados no habrá entendido la irreparable pérdida de civilización que están provocando esos miserables remedos del honrado panadero de toda la vida.

Nuestro pan de cada día
Predrag Matvejevic
Traducción de Luisa Fernanda Garrido
Y Tihomir Pistelek
Acantilado



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
24 de julio de 2013
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.