
Eder. Óleo de Irene Gracia
Rafael Argullol

Rafael Argullol: Hablando de las amenazas de nuestra época esta mañana he recibido un curioso email que me ha remitido una amiga, una información sobre México que ella recibió a su vez de un corresponsal en este país, en la que se vincula la actual situación de epidemia con supuestas conspiraciones. Algunos de los aspectos del email, éste que te he dejado leer, parecen bastante verosímiles mientras otros producen una cierta sensación de perplejidad o incertidumbre. Para que nuestros amigos lectores y amigos lo comprendan, en el mail de origen mexicano se vincula la crisis económica mundial, la pandemia, la reciente reunión del G7 y al mismo tiempo se interroga acerca de algunos aspectos del desarrollo de la pandemia sobre todo en México, como la invisibilidad de los muertos, determinadas entradas en acción previas a la noticia como la dosificación de la información, etc.
Delfín Agudelo: Si bien nunca he sido un ferviente seguidor de las teorías de la conspiración, debo admitir que, tal como dices, encuentro algunas ideas del correo bastante verosímiles. Me llama la atención la conexión que el autor, quien quiera que haya sido, ha podido encontrar entre la crisis mundial, el G7, el estado de emergencia y la falta de imágenes de los enfermos y aquellos que han lastimosamente muerto.
R.A.: Lo curioso es que evidentemente por un lado no podemos caer en la irresponsabilidad de negar la evidencia científica de lo que está sucediendo, pero por otro lado no deja de ser curioso esta especie de impulsión cíclica en la amenaza que se produce en el mundo en los últimos decenios. Hoy se habla de la gripe porcina, hace unos pocos meses se hablaba de la gripa aviar, hace un poco más se hablaba de las vacas locas, del Sars, etc. Se va reproduciendo cíclicamente la amenaza, ante la cual siempre estamos desconcertados: por un lado podríamos mostrarnos escépticos pero el ciclo de la amenaza difundido por los medios de comunicación globales es tan poderoso que viene a decirte, si te muestras escéptico, que finalmente puede pasar como en el cuento en que el lobo viene de verdad. Cada vez que se presenta el nuevo ciclo de amenaza evidentemente entramos en una situación de duda y de contradicción. En ese caso, aunque a mí las teorías conspiratorias nunca me han gustado y a veces me parecen algo infantiles, no deja de ser relevante la cierta coincidencia entre esa pandemia y una necesidad de ocultamiento de las consecuencias de la crisis económica.