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«Retornar con ojos tan cansados y tan lúcidos»

Por 12 de febrero de 2009 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Desde 1906, saliendo de una cura en un sanatorio, con treinta y seis años de edad, y hasta su muerte en 1922, Marcel Proust vive en situación psicológica de reclusión, primero en su piso del parisino Boulevard Haussmann y desde finales de1919 en un estudio de la rue Hamelin, dedicado a la redacción de lo que (tras varias remodelaciones) acabaría siendo A la Recherche du Temps Perdu.

La reclusión a la que aludo no significa que Marcel Proust no salga de casa. El aislamiento no será efectivo más que en los dos últimos años. En los anteriores, por el contrario, hace numerosos viajes a la localidad normanda de Cabourg, recorre paisajes de Francia en automóvil, visita ciudades y acude a exposiciones en las que puede nutrir su enorme interés por el arte religioso, relee a Beaudelaire y Gerard de Nerval, lee a Dostoievski y entabla relación con nuevos escritores. No amenazado de movilización en razón de su enfermedad crónica, vive sin embargo, con profunda conciencia de la calamidad, el París de una guerra en la que caen algunos de sus mejores amigos. En la ciudad cercada frecuenta en la noche un oscuro hotel, una suerte de lupanar, que observa con minuciosidad de entomólogo, sin que sea posible asegurar que sólo le movió esta preocupación analítica. Finalizada la guerra lucha por abrirse paso en la vida literaria, concretamente intentando encontrar un editor. Asiste a la opera, interesándose por los Ballets Russes. En 1819 recibe el Premio Goncourt y un año más tarde la Legión de Honor. En 1922, último año de su vida, frecuenta aun el Ritz, dónde un día de mayo tiene un encuentro con Joyce. Y desde luego durante esos años no faltarán las visitas a galerías, conciertos, conferencias y… salones mundanos, esos salones con los que está tan familiarizado todo lector de la Recherche.

Y sin embargo no deja de ser cierto que Marcel Proust era un hombre que vivía recluido, recluido en cualquier circunstancia. Varios de sus interlocutores señalaban la palidez de su rostro, su aspecto cansino y sus silencios, pero esto no es excesivamente importante en una persona de salud delicada. A propósito, quizás, del evocado episodio de la visita al lupanar en noche bélica, Paul Morand escribe: "Proust, ¿ a qué festines acudes en la noche, para retornar con ojos tan cansados y tan lúcidos? (traducción libre de "Proust à quel raouts allez-vous donc la nuit / pour en revenir avec des yeux si las et si lucides")

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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