Víctor Gómez Pin
Sintetizando lo hasta ahora avanzado, diré que una entidad física es algo que, como mínimo, tiene una "posición" y tiene un "momento" (es necesario precisar que también en esto la física del siglo XX introdujo una subversión radical, que por el momento me limito a evocar). Muy probablemente tendrá otros atributos, pero sin los dos mencionados, lo que eventualmente se presente a nosotros no tendrá carácter corporal, será pura apariencia, literalmente un fantasma.
Y estamos ahora en condiciones de responder a la pregunta que formulaba respecto a "entidades" (las comillas vienen por el hecho de que, en el sentido cabal, "entidades sólo serían las que responden a lo avanzado) del tipo de las superficies. La superficie de la mesa no es una entidad física, simplemente porque si la separamos de la mesa… ni tiene posición alguna, ni tiene momento.
Carece de momento porque carece de masa y esta carencia implica, entre otras cosas, que no se halla en movimiento pero tampoco en reposo. Tenemos ciertamente la ilusión de lo contrario, en razón de que la superficie se mueve cuando es movía la mesa y se halla en reposo cuando la mesa lo está. Pero ni se mueve sola, ni reposa tampoco en sí misma. Y respecto a la posición es evidente que, privada de la densidad de su sustrato, la superficie deja de ubicarse en sitio alguno. Así las imágenes que percibimos en la pantalla del televisor dejarían de ser tales si las priváramos de esas entidades que son los electrones, que sí están provistos de masa y a cuyo movimiento las imágenes mismas se reducen.
Es necesario señalar desde ahora que posición y momento no tienen intersección. La posición no es el caso particular del momento en el que la velocidad es nula, o sea, el reposo. Como veremos esto tendrá enorme importancia cuando, con la física cuántica, determinar el momento de una entidad implicará excluir a ésta de toda posición, de tal manera que podrá hallarse en reposo y no obstante carecer absolutamente de ubicación. Por su enorme importancia abordaré el asunto en la próxima reflexión, aunque sea algo precipitadamente, pues convendría recorrer varias etapas previas, empezando por establecer que realmente posición y momento son determinaciones independientes (lo cual no significa aún determinaciones mutuamente excluyentes)