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Lo superficial no es substancial

Por 14 de diciembre de 2007 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Al decidir el título que precede tenía intención de soslayar toda jerga filosófica. No obstante, el asunto remite a algunas de las páginas más comentadas de la historia del pensamiento. Implícitamente está en juego lo apuntado en el mito platónico de la caverna (la necesidad de no confundir lo real con un reino de sombras) pero directamente remite a la distinción aristotélica entre aquello que cabalmente es o subsiste (designado en griego por la palabra ousìa, sustancia) y aquello  que sólo  tiene entidad por una suerte de vampirizaciòn de lo anterior. Por ejemplo: la mesa sobre la que escribo es cabalmente, mientras que la superficie de la mesa no puede darse sin la mesa, sólo tiene el ser que la mesa le confiere por su condición de atributo de la misma.

La cosa parece una obviedad, pero como ya he indicado la filosofía se nutre de obviedades que, en algún momento dejan atónito. De ahí que Aristóteles se volcara en este asunto, intentando encontrar un criterio que le permitiera discernir con claridad entre estas dos modalidades: por un lado lo que cabalmente es;  por otro lado lo que se limita a participar del ser de otro. Y lo extraordinario es que dio con el criterio, criterio tan simple que nunca fue puesto en tela de juicio  (aunque fuera desplegado en términos más complejos) a lo largo de la historia del pensamiento. Para ser más precisos, no fue puesto en tela de juicio hasta esa subversión radical en nuestro concepto de lo que es la naturaleza que supuso la Mecánica Quántica. Pero vayamos poco a poco:

Que la mesa es cabalmente, mientras que la superficie de la mesa sólo tiene el ser que le confiere la anterior se muestra en el simple hecho de que la primera puede hallarse en movimiento, mientras que la segunda sólo  alcanza movimiento cuando la mesa se mueve. Pues es obvio que no cabe lanzarle la superficie de la mesa a un potencial enemigo…

Cabría, sin duda, objetar que esto también le ocurre a la pata de la mesa, que ésta no se mueve si la mesa misma no lo hace. Nótese, sin embargo, que arrancando la pata de la mesa ya cabe moverla por sí misma,  mientras que no hay manera de separar la superficie, ni la de la mesa ni la de la pata. En suma: una parte de algo substancial es potencialmente sustancial, mientras que una mera dimensión de algo substancial nunca podrá llegar a serlo. Cabe decir que ahí reside la intrínseca deficiencia de lo superficial respecto de lo substancial.

Aceptando(cosa quizás algo más costosa) que la superficie de la mesa tampoco está  nunca realmente por ella misma en reposo, sino que participa del reposo de la mesa, podemos ya ampliar el criterio de la diferencia aristotélica entre lo sustancial y lo superficial en un sentido que sonará  extraordinariamente familiar a los que hayan tenido trato con un libro de física de bachillerato: sustancial es aquello que tiene cantidad de movimiento, es decir, tiene una masa y tiene una velocidad.(entendiendo que el reposo constituye el caso límite del movimiento, o sea, velocidad nula).

Esto es realmente lo que hay que entender en el complejo deambular de las reflexiones aristotélicas relativas a la sustancia.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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