Víctor Gómez Pin
Recuperar la disposición filosófica es obviamente tanto más urgente cuanto más alejado se encuentra uno de ella. Este presupuesto tiene una consecuencia inmediata sobre el instrumento de la filosofía, que no es otro que el lenguaje inmediato e inevitablemente equívoco del que se nutre la vida cotidiana. En el hablar ajeno a la jerga filosófica ha de encontrar la filosofía no sólo arranque, sino tensión e impulso para sus objetivos. Mas precisamente por lo ambicioso de éstos, la filosofía acaba exigiendo un grado de tecnicidad y hasta de erudición que incluye, por supuesto, la historia misma de la filosofía.
Los filósofos suelen a veces decir que los textos fundamentales de la historia de la filosofía son para ellos el análogo de lo que el laboratorio es para el científico. Aunque esto es desde luego exagerado, no hay duda de que en tales textos se fraguan las interrogaciones filosóficas elementales. Cuando las mismas son vivificadas por los elementos de información que aporta la ciencia contemporánea y por las interrogaciones de los grandes artistas de nuestro tiempo, entonces… la reflexión filosófica acerca al ser humano simplemente a lo que Aristóteles definía como su condición, a saber: la de un animal que busca satisfacción en el saber.
Pero ha de insistirse en que la complejidad técnica no puede aparecer desde el origen, y menos aun cabe empezar con esos guiños que se hacen mutuamente los eruditos. El filósofo arranca hablando en términos profundamente cargados de sentido y lo hace combinándolos de manera simplemente razonable, es decir, evitando en lo posible la niebla conceptual y la interferencia de sentidos. Y aunque toda la historia de la ciencia y toda la carga de espiritualidad concentrada en la historia del arte son instrumentos tan imprescindibles como insuficientes para responder a una sola de las elementales interrogaciones abiertas por Aristóteles, cada ingrediente técnico o erudito ha de ser introducido en el momento realmente útil y desplegado en términos que sólo progresivamente adquieren complejidad.