Víctor Gómez Pin
Supongamos que existe algún procedimiento para determinar la localización de una bomba tan sensible que la energía de un mero fotón que la tocara bastara para hacerla explotar (con lo cual un observador exterior se halla en la imposibilidad de ver la bomba). L. Vaidman (precisamente uno de los que avanza en que podría consistir tal procedimiento, a la vez que hermeneuta de la Many-Worlds Interpretation) señala que se daría entonces la aparente paradoja de que tendríamos información sobre un lugar del espacio -la información es que allí se ubica la bomba- sin que partícula alguna nos de desde el lugar mismo la información -sabemos que no ha llegado partícula alguna porque la bomba no ha explotado. Paradoja falsa nos dice Vaidman: "No había fotón en la región de la bomba en un particular mundo, pero sí hay otros mundos en los cuales un fotón alcanza la bomba y provoca su explosión. Puesto que el Universo incorpora el conjunto de los mundos, no es verdad que en el Universo fotón alguno ha llegado al lugar de la bomba. No es sorprendente que nuestra intuición física conduzca a una paradoja cuando nos limitamos a la consideración de un solo mundo: las leyes de la física son aplicables a la totalidad del universo que integra todos los mundos" (L. Vaidman, " Many- Worlds Interpretation of Quantum Mechanics" Stanford Enciclopedia of Philosophy, 2002)
Así pues, lejos de considerarse a sí misma como una teoría paradójica, la Many-Worlds Interpretation tiene más bien la vocación de escapar a paradojas propias de teorías nás canónicas ( ya sea forzando los conceptos mismos de mundo y de universo, haciendo de éste un conjunto unificado de la pluralidad de los primeros), lo cual lleva al autor citado a recordar: "La MWI no es la interpretación de la teoría cuántica entre los físicos pero esta haciéndose crecientemente popular(…)en cosmología cuántica posibilita el que se discuta sobre la totalidad del universo evitando la dificultad de la interpretación Standard que exige recurrir a un observador exterior al universo como tal." (idem)
Decir que la Many- Worlds Interpretation intenta de entrada responder a un envite, que intenta encontrar salida a una aporía en la que la razón filosófica sustentada en la física se había introducido, exige un mínimo de justificación. ¿Como se llegó a la situación en la que una teoría que conjetura la existencia de mundos paralelos al que nosotros percibimos puede llegar a tentar? ¿En qué berenjenales filosóficos se había introducido la reflexión posterior a los trabajos propiamente de los físicos, la reflexión tras la física, para decenios atrás, un físico de la talla de H. Everett fuera sentando las bases de una teoría que entonces como podía parecer tan extraña como ahora y que él mismo acabaría por formalizar en 1973?
Abordar estas preguntas no es desde luego posible sin, al menos, un repaso cualitativo, es decir, sin formalización matemática a ciertos momentos de la historia de la Física. De ello me ocuparé en próximos textos, remontándome al pensamiento griego, tal como lo observa e interpreta un gran físico del siglo veinte.