
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Verdú
La inteligencia no es siempre sinónimo de bondad pero hay que arriesgarse. Más puede esperarse más del ser inteligente que del ser bondadoso si se trata de una apreciación a granel pero, pormenorizando, es más probable que la inteligencia lleve a hacer el bien más conveniente, incluso a despecho de los azucarados torrentes de caridad.