Vicente Verdú
Desde hace tiempo vengo leyendo que la evolución de los ordenadores inteligentes se predice ya con un grado de acierto casi absoluto. “La inteligencia de silicio va evolucionar de tal manera -dice Gordon E. Moore, ex chairman de Intel Corp.- que se hará difícil llamar computers a los computers”. Pero la inteligencia de los ordenadores no se detendrá ahí. Muchos científicos aseguran que las máquinas llegarán a ser pronto mucho más inteligentes que Albert Enstein o Stephen Hawking juntos. Y cuando se posea estas máquinas se podrá a la vez producir otras aún más sofisticadas. Finalmente, siguiendo la ley de Moore (“La complejidad de los computers se duplica cada 18 meses”), hacia la mitad del siglo podrán existir máquinas que lleguen más allá de nuestra capacidad y conocimiento. Esto es lo que ha pronosticado Raymond Kurzweil, presidente de la Kurzweil Tecnologies Inc., y autor del famoso libro The Age of Intelligent Machines. Dice Kurzweil que “las máquinas alcanzarán la capacidad del cerebro humano -100.000 millones de neuronas y 100 billones de conexiones- con un PC de 1.000 dólares alrededor del año 2.019. Para el 2.030 con menos de 1.000 euros dispondremos de un artefacto con el poder de unos mil cerebros humanos; en el 2.050, aproximadamente, por ese precio la potencia será equivalente a mil millones de cerebros humanos”.
Y no acaba ahí la cosa. La continuación de este progreso –asegura Robert E. Newnham, un científico de la Universidad de Pennsylvania- conducirá a crear nuevas formas de vida, una silicon-life, dice, que puede transformar la civilización. Toda nuestra ciencia y nuestro arte, e incluso el concepto de nosotros mismos, proceden de lo que nuestros sentidos nos dicen sobre el mundo. Pero seres que pueden ver las ondas electromagnéticas y oír las luces, que pueden sentir el vasto vacío mediante átomos de acero, tendrán una muy distinta percepción de la realidad. Lo que aprendamos de ellos puede ser más impredecible y formidable que todos los descubrimientos obtenidos mediante microscopios, telescopios, rayos X y otros instrumentos de alta tecnología empleados para amplificar nuestros sentidos.