Vicente Verdú
Pensaba que algo tan violento
como la transparencia del alcohol
determinaba
la fatalidad de su pobreza.
El nivel de un área
o un alma mineralizadas.
Fuera ya de los reinos
de los deseos más lábiles,
niños malheridos
y frondosos naranjos.
Naranjos que incalculables
sobre mantos de tréboles
muy tiernos.
Huertas que alentaban
el poder de su fruto
y los pechos
de las novias
luciendo
como apasionantes mandarinas
o pequeños nidos de azahar.
La flor blanca
o sucinta luz del beso.
Fuego y anís.
La alcohólica fe
de ser todavía adolescente allí,
entre la felicidad
sin seso alguno.
Sexo, zumos y perlas
en la estación sin fin.