
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Verdú
Después de la interminable sucesión de escándalos en el PP y en tantos otros partidos de todo el mundo, ¿puede alguien dudar de que el sistema político se halla obsoleto? Porque ahora no se trata ya de éste o aquél malvado concejal, ministro o subsecretario que malbarata o roba sin escrúpulos sino de que algo, en el mismo sistema general, infecta, induce, permite y acaso fomenta la malversación. ¿Seguiremos, pues, con un artefacto político del siglo XIX una vez que repite crónicamente su inadecuación o mantendremos todavía que "esta" democracia es el mejor de todos los sistemas posibles, habidos y por haber?