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Musas y musos

Por 4 de agosto de 2008 Sin comentarios

Vicente Verdú

Todos los hombres  escribimos con la esperanza última de ganar atractivo ante las mujeres y  no puede afirmarse lo mismo en sentido inverso. No sé yo, en realidad, para qué escriben o para quién escriben las mujeres como tampoco se llega fácilmente a entender cuando aseguran ellas que se arreglan o depilan sólo para gustarse a sí mismas. ¿Para gustarse a sí mismas sin más?

El plus se hallaría, aún oculto, acaso en la obvia razón de que la mirada, la mirada con la que la mujer se mira y se juzga, sigue siendo en buena medida todavía, la mirada procedente del ojo de la masculinidad patriarcal, "el ojo del amo".

Esa mirada, literalmente patrón, con la que se valora, se clasifica y se sopesa la belleza femenina es la misma que emplea la mujer en su cosmética. Todavía pues actualmente, a despecho del largo Movimiento de Liberación de la Mujer y la extendida feminización social, no ha surgido otro paradigma de recambio estético para estos casos. Gustarse a sí misma es aprobarse de acuerdo a unas querencias que se confunden en casi todos los casos con el deseo proverbial del hombre. ¿Será, por tanto, así como se realiza la contraprestación femenina a los esfuerzos de creatividad estética masculina?

/upload/fotos/blogs_entradas/gala_desnuda_de_espaldas_med.jpgEn la literatura, en la pintura, en la canción abundan masivamente los sujetos idealizados con nombre de mujer, desde Beatriz a Helena, desde la Gioconda a Gala, desde Carol a Diana, pero apenas de hombres.  Casi por antonomasia, el desnudo en la pintura es el desnudo de la mujer pero aún tratándose del desnudo actual del hombre, el autor es un artista del mismo género. La celebración de la belleza, el canto al amor, las desesperadas melodías que evocan al amado, se refieren concretamente a una amada. ¿Cuándo abundarán las coplas en que se requiebre habitualmente a un hombre? Probablemente ya no sucederá nunca. Ha caducado ya el tiempo de la desigualdad y con él los pedestales y la veneración, el arrobamiento o la esclavitud ante el deslumbrante poder concedido al otro. Esto es lo que tiene la democracia, tanto social como sexual.  El erotismo pasa de actuar como un paso hacia la adoración del ser supuestamente amado para convertirse, poco a poco, en un paseo por la entretenida piel del otro. ¿Somos menos importantes entonces los unos para los otros? Efectivamente. Necesitamos que sea así de acuerdo con el sistema general de la circulación rápida, la fácil comunicación, el lastre cero. Cuanto menor es el afianzamiento (romántico o no) mayor es la disponibilidad de supervivencia, la capacidad para cambiar, la plasticidad para ejercer otras funciones. ¿El arte? Fin de la cultura sagrada, acabamiento de la adoración, desprestigio de la inspiración.  En adelante, las musas serán sólo las circunstancias propicias y los musos…, los musos, como siempre, inservibles mostrencos en la escritura, la pintura o la composición.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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