Vicente Verdú
No pierdan el tiempo con los periódicos. No lo desperdicien con cualquier entrevistador. Sólo unos pocos intuyen, dagan, sienten y saben qué hay que preguntar. En la respuesta se encuentra la recompensa. El periódico vale apenas una calderilla, pero el buen periodista hace de ella monedas de oro de galeón. Joyas del alma y la inteligencia.
Fíjense pues en los buenos, nieguen la lectura a los mediocres. Puede que esto no sea tan fácil puesto que los diarios son una merdé. Pero no son, ni mucho menos, una mierda sino una miscelánea de la que puede destilarse, con gusto (y todavía) el mejor licor.