
Eder. Óleo de Irene Gracia
Vicente Verdú
En los próximos cinco años la población activa femenina pasará de mil millones a más de mil doscientos millones a lo ancho del mundo. No es una noticia bomba. Lo explosivo será que muchas de ellas ocuparán importantes y numerosos puestos de responsabilidad y con una cadencia que nunca antes se había conocido. Y de ahí derivará, sin duda, en consonancia con el diseño de una nueva era, una nueva manera de vestir. Donna Karan que acaba de cumplir 60 años viene a ser un modelo diseñadora que anuncia el nuevo corte textil y vital.
Si el fin de la primera guerra mundial creó una indumentaria andrógina para mujeres que dejaban el hogar y ocupaban oficinas y fábricas, la consecuencia de esta Gran Crisis, equiparable a la tercera Guerra Mundial, arrojara sobre los despachos y las calles, un modelo de mujer investida (y revestida) de un estilo inaugural. Se trata, como hace casi un siglo, de una simplificación y funcionalización de las ropas pero también de los complementos y sus adherencias. El cambio será patente a lo largo de las jornadas laborables pero, como extensión, también alcanzará al porte para las fiestas, los banquetes y los acontecimientos de categoría político-social. A una nueva mujer una nueva ropa, a un nuevo ropaje un nuevo cargo, acaso inédito, expresado en los colores, los trazos o las texturas. La simplificación de objetos y arquitecturas, vestidos y bolsos que se anuncian como metáfora de la crisis y su austeridad se corresponde con el ascenso de autoridad de una mujer que en una acción liberadora, sin fanfarria feminista, lleva de una indumentaria a otra, de una a otra apariencia y, en definitiva, como corresponde al teatro del mundo de uno a otro disfraz. El traje masculino vino a ser como la línea recta y práctica para actuar frente al ornato y el perifollo de la mujer para representar. Ahora, redoblando el viento de los años veinte, una terapia de la simplicidad, un hastío del ornamento anuncia una a era de la salud, la naturaleza, la evidencia y la simplicidad.