Vicente Verdú
La recuperación de la confianza es sustantiva al remedio de la crisis. Pero ¿por qué aumentó y sigue aumentando la desconfianza? Un factor prácticamente constante en todas las crisis precedentes (siempre financieras) es el previo panorama de una gran desigualdad en la distribución de la renta. A mayor distancia entre los que tienen mucho y quienes tienen poco crece la desconfianza. Los de arriba no se fían de no ser atacados por la empobrecida muchedumbre y los de abajo recelan de las maniobras de todo tipo que llevan a cabo los multimillonarios. Una sociedad estructurada de este modo tiende hacia el recelo, el receso, la quiebra. Así ocurrió en la depresión de 1929 y así ha venido a ocurrir ahora cuando especialmente los salarios de los trabajadores norteamericanos se han alejado espectacularmente de los ingresos más altos y precisamente desde la crisis de los años 70, cuando, a su vez, el ascenso del precio del petróleo y la desmedida inflación llevó al paro y al desamparo a las amplias clases medias. A mayor masa de clases medias mayor estabilidad: la máxima desestabilidad es igual al máximo abismo que el sistema cava entre la cima y su territorio.