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Arte flotante

Por 5 de octubre de 2010 Sin comentarios

Vicente Verdú

En el orden general del nuevo mundo la carencia de líderes fuertes es paralela a la carencia de ideas fuertes, valores fuertes o y de criterios firmes. En el conjunto de esta debilidad que es propicia a ondulaciones, flexiones y confusiones, el territorio del arte se presenta especialmente incierto puesto que ha alcanzado el grado de inestabilidad propio de las formaciones que anuncian su desmoronamiento. Toda idea, en efecto, que actualmente se relacione con el valor del arte actual se halla tan contaminada de elementos espurios, no artísticos que, de paso, invalidan cualquiera de sus valoraciones. Pero incluso la idea de lo artístico ha sido tan carcomida por el mercado que no luce como tal sino lo que el mercado ilumina con su precio mientras es descartado de consideración aquello que no recibe esta lumbre ni, en consecuencia, se nota. "Si firmara una cagada de perro sería arte" declaraba Damien Hirst, uno de los artistas más altamente cotizados en el mundo, con motivo de su exposición de pintura en la Wallace Collectio en noviembre de 2009. Hirst, que forma parte del grupo promovido por los publicitarios Saatchy&Saatchi dentro del grupo de los Jóvenes Pintores Británicos tras la famosa exposición Sensation de 1997 (otros pintores expuestos fueron Chris Ofili o Tracey Emin, que todavía escandalizan  escatológicamente) ve en el arte de hoy un asunto de mercantil. Sus pinturas en serio han recibido las peores críticas y sus pinturas de broma (tiburón en formol, calavera con brillantes, escultura de sí rostro sobre su sangre congelada) las mayor publicidad internacional. Tantpo unas produccipones como otras se venden ya caras puesto que lo comñun de ellas es la marca Hirst. Tras eso, tras el logro de la marca, el arte ha dejado de pertenecer a una esfera distinta al marketing y, en consecuencia, su ponderación carece de sentido en las ponderaciones artísticas. Pero ¿cuáles son las ponderaciones artísticas? Ya es prácticamente imposible saberlo o, en cualquier caso, sería irrelevante el llamado conocimiento de otro tiempo. Un artista se cotiza, reluce, tiene presencia por una compleja maniobra de marketing  y, en consecuencia por una cristalización del azar en términos mercantiles. Fuera de esa cristalización es inexistente, no tiene presencia sino ausencia eterna, inexistencia absoluta fuera del círculo del marketing. Se trata en fin de una actividad, la artística, que vive paradójicamente sin relación con el valor artístico. Pervive en la ausencia de ese valor desvanecido y se prolonga en una clase de vivencia que ni siquiera puede considerarse supervivencia, ismo, sino hipervivencia o paroxismo propio del sistema de la hiperrealidad donde la fijación es inconcebible y la inestabilidad impide referirse a parámetro alguno. La hiperrealidad es el reino de la ausencia de lo real  y el lugar idóneo de lo virtual. No es en suma,  ni real ni tampoco irreal, simplemente se trata de otro universo a  cuyo sinsentido presente , todavía inaugurar, corresponde la disipadora nube del sinsentido.

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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