
Sergio Ramírez
De la violencia no se salva ni la Suiza centroamericana, Costa Rica, donde los índices de inseguridad ciudadana han venido deteriorándose al crecer el número de asaltos y robos a mano armada, y aún los delitos de sangre, sobre todo en lo que se refiere a los llamados "homicidios efectivos", es decir, los atentados con armas que resultan letales. Todo el mundo que pueden se amuralla en San José, eleva la altura de sus rejas, como en Guatemala, donde hay quienes viven ya dentro de verdaderas ciudadelas resguardadas por vigilantes armadas y medios electrónicos.
¿Más homicidios en Costa Rica que en Nicaragua? Un estudio reciente de la Fundación Arias señala: "l a tasa de homicidios ha aumentado en la última década en 10 de 14 países de los cuales hay datos, pero en Nicaragua es excepcionalmente baja: por ejemplo, en el 2003 sólo hubo 59 homicidios con armas de fuego, menos de la mitad de los que hubo en Costa Rica, la tercera parte de los registrados en Panamá y 12 veces menos que en El Salvador, líder en Centro América".
Vuelvo entonces al caso de Nicaragua, en busca de explicaciones acerca de esta posición privilegiada, e incongruente. La efectividad de la policía, quizás, en primer lugar, que sigue siendo un cuerpo alejado de la corrupción, y escasamente penetrado por los carteles de la droga, y que hasta ahora ha podido actuar con independencia profesional, pese a las presiones del Gobierno para alinearla políticamente con el FSLN.
¿Pero es suficiente?