
Sergio Ramírez
También en solidaridad con los atropellos dictatoriales en contra de Ernesto Cardenal, escribe Eduardo Galeano:
"Toda mi solidaridad para Ernesto Cardenal, gran poeta, espléndida persona, hermano mío del alma, contra esta infame condena de un juez infame al servicio de un infame gobierno. Estas infamias te elogian, Ernesto.
Te abraza, desde lejos, desde cerca."
Y Yevgeny Yevtushenko, dice por su parte:
"Continuo recibiendo cartas por algunos escritores latinoamericanos muy conocidos que se parecen a pedazos de películas de horror. En ellas me avisan que el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal está bajo amenaza de arresto en su propio país. Estos rumores -ojalá rumores- se parecen a los sueños más increíbles que no se pueden imaginar porque el nombre de Cardenal ha sido durante muchos años el símbolo del alma del pueblo de Nicaragua. Si esta información es verdad, eso es la peor cosa para el prestigio de ese país. Nuestro poeta Pushkin escribía en su obra Mozart y Salieri que "el genio y la maldad son incompatibles. En mi casa está colgado un cuadro de Solentiname, el regalo de Ernesto. Es una pintura sobre unos campesinos y siempre me da luz en los momentos más oscuros y jamás me permite perder la fe en la humanidad."
Aún en la cárcel, Ernesto Cardenal será entonces invulnerable.