Skip to main content
Blogs de autor

Peca, mientras no se sepa

Por 12 de agosto de 2008 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Sergio Ramírez

Los argumentos del senador Edwards frente a su tribunal, no suenan muy efectivos. El alegato de que nunca estuvo enamorado, parece acentuar más bien los colores malignos de su pecado, pues se presenta confeso de haber caído en las garras del demonio de la conscupicencia carnal, que es lo que más disgusta a los jueces puritanos, y los hace revolverse incómodos en sus asientos frente a los televisores. Tampoco le vale la confesión de que actuó por soberbia, pues siendo candidato se volvió "egocéntrico y narcisista". Y lo de la paternidad de la criatura, ya se sabe que puede ser comprobado con una simple muestra de sangre, o aún de saliva, para determinar las identidades del ADN.

Todo está, más bien, en que el acusado mintió acerca de sus relaciones con Rielle Hunter, negándolas, cuando la revista sensacionalista National Enquirer se lo preguntó, en el momento en que estaban ocurriendo los hechos de alcoba. Es decir, Edwards debió haberse confesado entonces, declarar su culpa, mostrar arrepentimiento, y solicitar perdón, aunque de todos modos habría sido echado a la jaula de los leones, inhabilitado de por vida para presentarse de nuevo a ninguna candidatura política, como queda inhabilitado ahora, tras su revelación tardía.

Es decir, nada lo hubiera salvado, en ningún caso, y la doblez puritana lo condena por una sola razón: por no haberse cuidado de hacer las cosas en debida forma, es decir, sin que se supiera nunca, lo que se reduce al fin y al cabo a un juicio por pecado de negligencia. Las llamas del infierno solo alcanzan al que se expone, nunca al que sabe mantener guardados de por vida sus secretos de alcoba.

Moraleja puritana, que puede leerse en letra pequeña en las latas de la avena Quaker: peca, mientras no se sepa.

profile avatar

Sergio Ramírez

Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942). Premio Cervantes 2017, forma parte de la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del boom. Tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania, abandonó por un tiempo su carrera literaria para incorporarse a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. Ganador del Premio Alfaguara de novela 1998 con Margarita, está linda la mar, galardonada también con el Premio Latinoamericano de novela José María Arguedas, es además autor de las novelas Un baile de máscaras (1995, Premio Laure Bataillon a la mejor novela extranjera traducida en Francia), Castigo divino (1988; Premio Dashiell Hammett), Sombras nada más (2002), Mil y una muertes (2005), La fugitiva (2011), Flores oscuras (2013), Sara (2015) y la trilogía protagonizada por el inspector Dolores Morales, formada por El cielo llora por mí (2008), Ya nadie llora por mí (2017) y Tongolele no sabía bailar (2021). Entre sus obras figuran también los volúmenes de cuentos Catalina y Catalina (2001), El reino animal (2007) y Flores oscuras (2013); el ensayo sobre la creación literaria Mentiras verdaderas (2001), y sus memorias de la revolución, Adiós muchachos (1999). Además de los citados, en 2011 recibió en Chile el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso por el conjunto de su obra literaria, y en 2014 el Premio Internacional Carlos Fuentes.

Su web oficial es: http://www.sergioramirez.com

y su página oficial en Facebook: www.facebook.com/escritorsergioramirez

Foto Copyright: Daniel Mordzinski

Obras asociadas
Close Menu