Sergio Ramírez
No deja de haber inquina contra las misses, esas bellezas deslumbrantes que perturban al más sereno, y hay un prejuicio muy arraigado de que la belleza no se corresponde con el conocimiento, ni con la inteligencia. Se trata de adolescentes víctimas de un sistema educativo pobre, tanto en Panamá, como en Estados Unidos, tal como la he reconocido el presidente Obama, así como en muchos otros países que exportan beldades a los concursos de belleza; y el sistema escolar deficiente afecta, por igual, a hombres y mujeres. Si a un adolescente varón, feo o bonito, se le hicieran preguntas parecidas, no creo que saldría más airoso. Vean sino las desastrosas pruebas de matemática en los exámenes de ingreso a las universidades en tantos países de América Latina.
¿Y un adulto? ¿Un adulto que se dedica a la política? No creo que le fuera mejor. Cuando el presidente Luis Somoza, uno de los tres de la dinastía que se impuso por medio siglo en Nicaragua, volvió de un viaje que incluía la Tierra Santa, dijo ante la manifestación que le dio la bienvenida en la Plaza de la República, que su mayor emoción había sido orar ante la tumba de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén, con lo que anuló de una vez por todas la resurrección. ¿Y la famosa frase del presidente Luis Echeverría de México? "La inflación no nos beneficia, ni nos perjudica, sino todo lo contrario". Perfecta lógica cartesiana