Sergio Ramírez
El viejo partido Colorado regresa ahora al poder con el empresario de múltiples negocios e intereses Horacio Cartes, demostrándose así que en el subibaja que es la política latinoamericana pueden sentarse tanto un ex cura que llega a la silla presidencial gracias a las esperanzas de los más pobres, tal el caso de Lugo, como un millonario que se proclama ajeno a la política al grado de no haber votado nunca antes, tal el caso de Cartes, favorecido por la ingenua convicción de tantos votantes, de que quien ya tiene mucho no necesita robar desde la presidencia: "No me afilié al Partido para hacerme rico", dice él mismo, "ya tengo todo y de todo".
Banquero, y dueño de dos docenas de compañías que van desde productoras de tabaco y cigarrillos a embotelladoras de bebidas, haciendas de ganado y mataderos, centros comerciales y empresas de transporte, debe también su fama al futbol, pues es el propietario del equipo Libertad, y se le acredita haber llevado a la selección paraguaya a los cuartos de final en el mundial de 2010 en Sudáfrica; lo mismo que se ponen en su cuenta amoríos con estrellas de la pasarela y de la televisión, aunque en este último caso sabe usar esa vieja retórica cursilona, tan latinoamericana también, al afirmar que durante su presidencia, "la primera dama va a ser la patria".