Sergio Ramírez
Igual que en Grecia, la deuda externa de Islandia superaba varias veces a su Producto Interno Bruto. El Fondo Monetario Internacional se dispuso a prestarle más dinero, pero las protestas en la calle hicieron caer al gobierno a comienzos de 2009, sin un solo disparo, por supuesto, unas protestas en las que me imagino, participaron 300 mil manifestantes, es decir, toda la población de la isla. Unos indignados muy eficientes. Hubo elecciones parlamentarias de emergencia y se escogió un nuevo gobierno que de inmediato tomó la medida de pagar la deuda de 3.500 millones de euros, Holanda e Inglaterra los mayores acreedores. Pero se trataba de un pago que sería cargado a los ciudadanos a un plazo de 15 años, al 6% de interés anual. A estos se le llama amablemente "socialización de las pérdidas".
Pero nadie estaba dispuesto a pagar los platos rotos, y el nuevo gobierno fue obligado a someter a referéndum la decisión. 93% voto por el NO, con lo que no me he equivocado al decir que aquellas manifestaciones congregaban a los 300.000 habitantes de la isla. El Fondo Monetario Internacional, muy prudentemente, hizo mutis por el foro. Eran manifestaciones pacíficas, sin armas de fuego, pero a los banqueros les tiraban huevos podridos cuando los veían por las calles. ¿Cómo hacían para reconocerlos? Seguramente por la calidad de sus trajes y de sus corbatas. Fue cuando empezaron a darse los órdenes de captura contra los especuladores financieros que se embolsaban ganancias astronómicas.