Sergio Ramírez
En Memorias de una dama, Santiago Roncagliolo nos cuenta la historia de una dominicana muy rica, autoexiliada en París al final de sus días. Más bien ella le cuenta su historia a un joven escritor peruano, alter ego de Santiago, al que contrata para dejar constancia de su paso por el mundo, un relato que según el propio joven escritor, es "la historia de una mujer de la aristocracia dominicana, hija de un conspirador mafioso, fascista y agente de la CIA. Una mujer que nace entre palacios y mármoles y termina destruida por su propia familia y su propio dinero. Un libro de no ficción. Realidad pura y documentada".
Por tanto, más allá de la vida privada de la protagonista, o dentro de ella, se alzan los entretelones de la vida pública bajo las dictaduras de Trujillo en República Dominicana, y de Fulgencio Batista en Cuba. Dos dictaduras clásicas. La pugna interna de la novela se refiere precisamente a esta doble circunstancia: sin la historia pública, actos arbitrarios de poder, corrupción, espionaje, y sin la manera en que las vidas privadas de la familia de la protagonista, y la suya propia, se relacionan con los entramados de ese poder, de donde proviene su riqueza ilícita, no habría novela que valiera la pena.
Ésa es al fin y al cabo la propuesta del libro.