
Sergio Ramírez
La iglesia de la Cientología fue fundada en el año de 1954 por el más inesperado de los profetas, el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard, y desde entonces ha convocado entre sus feligreses a estrellas de cine y otros astros de la farándula, entre ellos Tom Cruise, John Travolta, y Jack Nicholson. Según los estudiosos de esta iglesia, que recauda al año decenas de millones de dólares aportados por su constelación de estrellas, Hubbard derivó la cientología de la dianética, que es una forma superior de pensamiento filosófico que tiene por base la autoayuda, ofrecida hoy día como panacea en miles de manuales, tantos que se han adueñado de las librerías como una plaga bíblica. Pero sobre todo, el pensamiento sagrado del profeta Hubbard se inspiró en los viajes interplanetarios de los extraterrestres que se adueñan de nuestros cuerpos y almas, como veremos adelante.
Según declaraciones Cruise a la revista Xl Weekly, la cientología tiene poderes medicinales, pues fue capaz de curarlo de la dislexia que sufría desde niño, y que lo hizo temer a tan tierna edad que sería un idiota, o un anormal, por el resto de su vida. No podía concentrase en sus tareas escolares, sufría ansiedad y frustración, y se aburría horriblemente. Dice que cuando se graduó en la escuela secundaria en el año 1980, no era más que un analfabeto funcional. ¿Quién le enseñó a leer de corrido? El método que el propio profeta Hubbard escribió, previendo seguramente que alguno de sus feligreses tendría en el futuro problemas de comprensión en la lectoescritura. Hombre sabio como el que más, el profeta.