
Sergio Ramírez
Una heroína de las luchas populares que llevaron al derrocamiento de la dictadura de la familia Somoza se halla en huelga de hambre desde hace días en Managua, instalada bajo una champa de plástico en un predio vacío de la rotonda "Rubén Darío", el lugar más traficado de la ciudad.
La comandante Dora María Téllez, celebre por su participación como la número dos en el comando encabezado por Edén Pastora, que tomó el Palacio Nacional en agosto de 1978, y célebre por haber conducido a las fuerzas insurgentes que liberaron la ciudad de León en 1979, ayuna ahora por lo mismo que entonces luchó con las armas: la democracia, las libertades públicas, el estado de derecho. Han pasado 30 años desde aquella gesta, y su figura menuda y ágil ha cambiado poco, salvo por algunas canas en su pelo.
Sólo que el adversario contra quien su protesta va dirigida no es ya más Anastasio Somoza, enterrado hace años en un cementerio de Miami, sino Daniel Ortega, antiguo camarada suyo, presidente del gobierno de la revolución hasta 1990, y que ganó un segundo mandato en 2006. Un cartel instalado en la rotonda muestra una composición fotográfica en la que Somoza y Ortega juntan las manos en alto, ambos sonrientes: "Ortega y Somoza son la misma cosa", reza el lema del cartel.