Sergio Ramírez
Llegué a la Universidad Nacional de León a estudiar la carrera de derecho hace 50 años, un aniversario en mucho para recordar. A las pocas semanas, un pelotón de soldados de la Guardia Nacional de Somoza disparó contra una manifestación en la que yo participaba, con un saldo de 4 muertos y más de 60 heridos. Para un muchacho de apenas 17 años, aquella fue una manera brutal de despertar a la realidad de mi país, y desde entonces busqué como enmendar esa realidad. 20 años después, en otro mes de julio, entrábamos triunfantes a la Plaza de la Revolución en Managua; la dinastía de Somoza había caído, y la Guardia Nacional que había disparado aquella tarde sangrienta contra estudiantes inermes, había desaparecido para siempre.
Siempre he vuelto con reverencia religiosa a aquel Paraninfo del viejo edificio de la universidad en León, de donde salimos el 23 de julio de 1959 con nuestras banderas a la calle. Allí recibí mi título de abogado. Y allí también, el 19 de julio de 1979, la Junta de Gobierno que sustituía al último de los Somoza en nombre de la revolución, fue juramentada. Allí he hecho la presentación de todos mis libros. Es un recinto que forma parte indisoluble de mi vida.
Este mes de junio me preparaba para volver al Paraninfo, a presentar mi última novela, "El cielo llora por mí", por invitación de las autoridades universitarias, pero el acto no se pudo realizar porque fui amenazado.