
Eder. Óleo de Irene Gracia
Rafael Argullol

Rafael Argullol: En el décimo aniversario de la muerte de Stanley Kubrick creo que valdría la pena dedicarle toda una serie de recuerdos y reflexiones alrededor de una obra que me parece única en la cinematografía contemporánea. Creo que Stanley Kubrick se ajusta muy bien a una definición del cineasta en la cual todavía es absolutamente importante el vínculo con la creación artística. En ese sentido Kubrick siempre fue muy riguroso al entender que él formaba parte de la tradición europea, que continuaba la tradición europea, y de la misma manera que había habido expresiones de esa tradición en la pintura, escultura, en la arquitectura, en la literatura, en la música, siendo uno de los soportes lingüísticos y tecnológicos del siglo XX el cine debía ser una continuidad de la tradición artística. Por tanto Kubrick en todas sus películas a través de este perfeccionismo y de ese rigorismo que le caracteriza en realidad revindicó siempre la función del cineasta como artista. Eso evidentemente le hizo enfrentarse con los devaneos del mercado, con las condiciones de producción, siempre defendiendo lo que podríamos llamar el rigor intelectual y artístico.
Delfín Agudelo: Quizás una de sus más grandes características reside en su ya valiosa y famosa afirmación: "Cualquier idea que pueda ser leída o pensada también puede ser filmada."
R.A.: Exacto. Es muy necesario remarcarlo en una época en la que el cine tantas veces se convierte en un mero entretenimiento y en fuegos de artificio, valdría la pena citar aquí como un caso quizás único en toda la historia del cine un director que abordó los distintos géneros del cine, casi me atrevería a decir que hizo una obra maestra sobre cada uno de los géneros. En Senderos de gloria creo que es una de las obras más desgarradoras de la primera guerra mundial, por tanto cine bélico; en El atraco perfecto es el cine negro; en El resplandor el cine de terror; en Doctor Strangelove, que en España se tradujo como El teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?, una comedia de tipo negro; en Lolita una muy peculiar historia de amor; en 2001: odisea al espacio una de los grandes referentes de la ciencia ficción; en la Naranja mecánica el tema de la violencia en la metrópolis; Barry Lyndon es una novela histórica al igual que Espartaco; y finalmente su última película, Eyes Wide Shut, que es una traslación de la novela de Schnitzler, El sueño, sería lo que podríamos llamar el género onírico. Kubrick no se encalló en ninguna de los géneros, sino que fue trasladándose de uno a otro y en cada uno intentó en cierto modo legar una obra definitiva.