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Genealogía de la figura del turista

Por 24 de julio de 2008 Sin comentarios

Rafael Argullol

Rafael Argullol: Esta depredación en detrimento de lo que sería la exploración, tanto en el viaje físico como en lo que podríamos denominar viaje interior. Parece que se opta a esa especie de utilización inmediata al modo de rapiña de las cosas.
Delfín Agudelo: ¿A partir de qué siglo surge el turismo tal como lo conocemos hoy en día? ¿En qué momento histórico la idea del turismo se empezó a desarrollar? ¿A partir de las peregrinaciones, que otorgaban fama a determinadas ciudades? Evidentemente está vinculado con este elemento de reconocimiento de algo que es digno de ser visto, no leído o escuchado.
R.A.: En ese sentido tenemos noticias de turismo, del turismo como viaje de reconocimiento y disfrute de un lugar. En las distintas culturas antiguas, fundamentalmente la clásica europea, incluso hay un maravilloso clásico de viajes, que es el de Pausanias, Descripción de Grecia. Roma, que tenía la pasión por Grecia, incluso una especie de relación casi celosa con Grecia, ya que Roma tenía el poder. Pero siempre tuvo un cierto complejo de inferioridad intelectual con respecto a lo que había sido la creatividad griega. Roma desarrolló -de la misma manera que desarrolló un inicio de coleccionismo para conservar las obras griegas- un auténtico turismo, casi podríamos decir ilustrado, hacia Grecia. La biblia de ese turismo es el libro de Pausanias. Los romanos ilustrados con frecuencia iban a Atenas, que era una ciudad muy de provincias en la época álgida del imperio romano, que mantenía su carácter legendario, y luego iban a los grandes santuarios míticos: Delfos, Olimpia, etc., ya con esa actitud diríamos propia del turista moderno.
Eso se reprodujo después del renacimiento, cuando las culturas más progresivas y dinámicas se fueron situando en el centro y norte de Europa y empezaron a desarrollar una especie de nostalgia de lo que habían sido las culturas mediterráneas antiguas, o de la época renacentista misma, y empezaron esa maravillosa saga de los viajeros. Es evidente que desde el principio hubo viajeros que fueron mucho más francotiradores por su cuenta, y que vivieron experiencias sensacionales desde su propia exploración; y hubo también viajeros a los que se les facilitó de una manera más organizada el viaje. Lo que ocurre es que como en tantos otros factores de nuestra época lo que resulta chocante es la extraordinaria masificación del fenómeno en nuestro momento. En principio el turista viene de tour, del que da vueltas, lo que en español podríamos decir trotamundos. El turista, cuando se convierte en la consecuencia de un engranaje completamente planificado, cada vez pierde más su autonomía. Y, paralelamente, los lugares visitados cada vez también pierden más esta especie de fascinación libre a la que quería acceder el viajero, convirtiéndose así en una especie de cadena universal de parques de atracciones o temáticos, a lo cual evidentemente contribuye mucho el hecho de que en nuestro mundo nos encontramos en globalización urbanística, que hace que muchos edificios de la última arquitectura sean iguales en muchas ciudades, para no hablar de las grandes multinacionales del comercio que hace que existan marcas idénticas en distintas ciudades. El turista masificado es alguien que va para aprovecharse y se encuentra muchas veces con lugares clónicos.

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Rafael Argullol

Rafael Argullol Murgadas (Barcelona, 1949), narrador, poeta y ensayista, es catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de treinta libros en distintos ámbitos literarios. Entre ellos: poesía (Disturbios del conocimiento, Duelo en el Valle de la Muerte, El afilador de cuchillos), novela (Lampedusa, El asalto del cielo, Desciende, río invisible, La razón del mal, Transeuropa, Davalú o el dolor) y ensayo (La atracción del abismo, El Héroe y el Único, El fin del mundo como obra de arte, Aventura: Una filosofía nómada, Manifiesto contra la servidumbre). Como escritura transversal más allá de los géneros literarios ha publicado: Cazador de instantes, El puente del fuego, Enciclopedia del crepúsculo, Breviario de la aurora, Visión desde el fondo del mar. Recientemente, ha publicado Moisès Broggi, cirurgià, l'any 104 de la seva vida (2013) y Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la celebración de la belleza (2013). Ha estudiado Filosofía, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona. Estudió también en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley. Ha impartido docencia en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002), y los premios Cálamo (2010), Ciudad de Barcelona (2010) con Visión desde el fondo del mar y el Observatorio Achtall de Ensayo en 2015. Acantilado ha emprendido la publicación de toda su obra.

 

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