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Cosmos y cosmética

Por 6 de agosto de 2008 Sin comentarios

Rafael Argullol

Rafael Argullol: Todos aquellos consejos más o menos demagógicos y esotéricos vinculados a esa prolongación de la vida y juventud eterna son seguidos apasionadamente.

Delfín Agudelo: Pero pensando en la cirugía estética, ¿podríamos encontrar algún tipo de analogía o simultaneidad entre la oda de Baudelaire al maquillaje, entendiendo nuestro maquillaje como la misma cirugía?

R.A.: Yo no soy contrario a la cirugía estética. Creo que siempre ha estado presente entre los seres humanos. Como tú acabas de decir, más vinculado a la cosmética y al maquillaje que a la propia salud. La cosmética es muy importante: utilizamos la palabra sin darnos cuenta de que es prácticamente la misma palabra que cosmos; tienen la misma raíz. La armonía del cosmos tenía su ornamentación que se traslada a los seres humanos. Cuando analizamos el comportamiento del hombre en todas las épocas y los ritos amatorios y de seducción, vemos que el maquillaje y la cosmética son básicos y elementos primarios de lo que llamamos cirugía estética.

En muchas tribus primitivas la cosmética llega tan lejos que se intervienen realmente el cuerpo a través de tatuajes, de adornos incrustados en el cuerpo, porque en el fondo responde a los mismos interrogantes que en nuestra época. Ocurre que entre nosotros se impone, como en todos los campos, una visión mucho más tecnológica de esa cosmética, mucho más serializada, y a partir de aquí evidentemente esa necesidad de maquillaje, de máscara, de cosmética que ha tenido el hombre siempre. Además, dirigida en distintas direcciones: para gustarse, embellecerse, gustar a los demás, seducir, cumplir con ritos místicos, mitos sagrados, etc. Todo eso que se ha producido en todas las épocas en la nuestra tiene esa dimensión tecnológica que ha coincidido bien con los avances de la cirugía. Si nosotros examinamos la evolución de la medicina en la segunda mitad del siglo XX, el frente que más ha avanzado es el de la cirugía, el quirúrgico. El hombre llega a un auto-escultura, se convierte a través del cirujano estético en una suerte de escultor de sí mismo. Eso conecta con el viejo sueño cosmético maquillador y enmascarado de los hombres de todas las culturas y tiempos, y con nuestros sueños más recientes, prometeicos y frankenstenianos, de la construcción de una nueva perfección y de un nuevo ser humano a través de la tecnología.

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Rafael Argullol

Rafael Argullol Murgadas (Barcelona, 1949), narrador, poeta y ensayista, es catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de treinta libros en distintos ámbitos literarios. Entre ellos: poesía (Disturbios del conocimiento, Duelo en el Valle de la Muerte, El afilador de cuchillos), novela (Lampedusa, El asalto del cielo, Desciende, río invisible, La razón del mal, Transeuropa, Davalú o el dolor) y ensayo (La atracción del abismo, El Héroe y el Único, El fin del mundo como obra de arte, Aventura: Una filosofía nómada, Manifiesto contra la servidumbre). Como escritura transversal más allá de los géneros literarios ha publicado: Cazador de instantes, El puente del fuego, Enciclopedia del crepúsculo, Breviario de la aurora, Visión desde el fondo del mar. Recientemente, ha publicado Moisès Broggi, cirurgià, l'any 104 de la seva vida (2013) y Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la celebración de la belleza (2013). Ha estudiado Filosofía, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona. Estudió también en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley. Ha impartido docencia en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002), y los premios Cálamo (2010), Ciudad de Barcelona (2010) con Visión desde el fondo del mar y el Observatorio Achtall de Ensayo en 2015. Acantilado ha emprendido la publicación de toda su obra.

 

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