Rafael Argullol
Delfín Agudelo: Casi que los editores de nuestro tiempo ya no van a ser editores sino informáticos de sistemas: ¿cómo acceder ahora a la correspondencia si todo forma parte de una contraseña, de una cuenta de correo?
R.A.: Es un tema complicado, que lamentablemente nuestra época la hizo desaparecer en el sentido de algo pausado, meditado. La correspondencia de nuestra época ha vuelto al telégrafo, a ser algo muy sintético, el email, el sms; es un método o lenguaje prácticamente cifrado en el cual la forma se cuida muy poco. De todos modos creo que esa correspondencia, que puede tener mucho interés en el presente cuida tan poco la forma y es tan pragmática, que claramente interrumpe la tradición de la correspondencia literaria. La gente en los emails, y no digamos en los sms, lo que hace es plantear cosas rápidas, pragmáticas; no hacen una meditación filosófico-literaria sobre los temas. Son medios de comunicación veloces, pragmáticos, como decíamos antes, cifrados: es casi el retorno al lenguaje del tam tam, de difícil plasmación como correspondencia literaria.