Rafael Argullol

Rafael Argullol: Fíjate, Delfín, en lo profética que fue esta foto aparecida hace algunas semanas.
Delfín Agudelo: Creo saber a qué profetismo te refieres. La fotografía, tomada por Gorka Lejarcegui, retrata el encuentro entre el presidente Zapatero y Kofi Annan en el Museo del Prado en junio de este año.
R.A.: Sí, me parece absolutamente premonitorio que Zapatero y el ex secretario general de la ONU se retrataran delante de El Jardín de las delicias porque efectivamente, tal como ha evolucionado el mundo desde el momento en que se hizo esta instantánea, parece adecuarse exactamente al mundo del Bosco. Ese jardín de las delicias que enmarca el encuentro entre el presidente del gobierno y el ex secretario es como una especie de visión profética de lo que está inmediatamente por llegar; es decir, ese mundo que hasta hace unos pocos meses, unas pocas semanas, parecía un mundo opulento, equilibrado, que marchaba con el mejor de los rumbos, pero que en rrealidad ocultaba un lado oscuro, caótico, destructivo, tal como se ha manifestado en estas semanas recientes a través de todo ese monstruo que han llamado crisis- que incluso tiene una especie de carácter casi antropomórfico. Por tanto, hay algo de estética bosquiana en el mundo en que vivimos, y creo que en esa presunción de los políticos por buscar los mejores marcos para inmortalizarse ni Zapatero ni Kofi Annan podrían imaginar la paradoja que entrañaba esa propia presentación.