
Eder. Óleo de Irene Gracia
Rafael Argullol

Delfín Agudelo: Se trata de unas mujeres palestinas que lloran tras encontrar el cadáver de un familiar al norte de Gaza.
R.A.: Sí. Al ver esta foto lo que me llamó la atención, en medio de estos negros acontecimientos que dominaban la primera mitad de enero, que la disposición de estas mujeres en la fotografía era prácticamente calcada de la que tantos pintores del renacimiento y el barroco utilizaron con respecto a las santas mujeres después del Calvario y la muerte de Cristo. Creo que sería posible hallar más de cincuenta cuadros en los cuales se asienta esta composición, que es de tremendo dramatismo porque lo que nos ofrece es una especie de torbellino o remolino visual del movimiento de las tres mujeres que rodean a la del centro, en una especie de aproximación progresiva al centro mismo de la tragedia que se refleja en la cara de la mujer que está en el centro. Algo similar siempre propusieron los pintores del renacimiento, en el cual las santas mujeres tenían una especie de crescendo de tragicidad, hasta concentrarse de una manera especialmente dramática en la Virgen María. Aunque el pie de foto de la imagen no lo explica en esta fotografía ocurre lo mismo: ese torbellino visual de dramatismo se va concentrando en esta mujer que está en el centro de la foto, y no tengo ninguna duda que es precisamente la madre del que ha sido sacrificado, en este caso, en la guerra.