Rafael Argullol
Después de todo,
quizá lo que se ha desvanecido,
casi imperceptiblemente,
haciendo mutis por el foro
como las grandes divas
que, viejas y cansadas,
se retiran con discreción del escenario,
sea la Palabra,
y ahora hemos empezado ya a acostumbrarnos
a vivir sin Ella,
huérfanos de quien nos engendró
como habitantes libres de la Tierra
y nos alentó a sobrevivir toda penuria,
vencidos a los ídolos,
ignorantes de nuestra propia orfandad,
desdeñosos con la luz,
hijos de un nuevo tiempo
de dioses sordos y hombres mudos.