Rafael Argullol
¿Quién es ella?
No lo sabemos.
Apareció un día
bajo los pórticos del mercado,
hermosa, rebosante de vida,
una estatua clásica en tiempos de desorden.
Así, quieta, permanece desde entonces.
De vez en cuando las vendedoras
le ofrecen algo con qué alimentarse.
Ella toma la comida con elegancia,
apenas un leve movimiento de gratitud en los ojos,
y vuelve enseguida a la inmovilidad.
¿Quién es ella?
Los comentarios varían.
Se dice que es una extranjera sin casa,
o una actriz en plena representación,
o una loca a la espera del manicomio.
Todos, sin embargo, concuerdan
en el carácter singular de su belleza,
en el extraño magnetismo de su expresión imperturbable.
La ciudad parece mejor
desde que ha aparecido la muchacha,
y también nosotros parecemos mejores.
¿Quién es ella?
No lo sabemos,
pero ya no podemos vivir sin su presencia.