Rafael Argullol
Todo transcurría rápidamente,
menos los sueños.
Noche a noche los sueños
eran cada vez más lentos y más largos.
Pronto se escaparon de las noches
y ocuparon también los días.
Día a día los sueños
eran cada vez más lentos y más largos.
Y llegó el momento en que los sueños
se apropiaron de todas las noches y de todos los días.
Entonces empezó el Diluvio.
(Rafael Argullol: Poema, editorial Acantilado, Barcelona, 2017)