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Ficha técnica

Título: ‘Bajo el sol. Argelia 1881: de Argel al Sáhara | Autor: Guy Maupassant | Traducción: Elisenda Julibert | Editorial: Marbot | Colección: Tierra de nadie | ISBN: 978-84-936411-8-4| Páginas: 224 | Formato: 12,5 x 18 cm | PVP: 15,50 € | Encuadernación: Rústica

 

Bajo el sol

Guy de Maupassant

EDITORIAL MARBOT

«Me gustan con locura las excursiones a un mundo que creemos descubrir, las sorpresas súbitas ante costumbres que ni siquiera podíamos sospechar, la constante tensión del interés, la alegría para los ojos, ese estímulo constante del pensamiento. Pero hay una cosa, sólo una, que me arruina esas exploraciones encantadoras: la lectura de guías de viaje.»

Todos aquellos a quienes las guías al uso los hastíen, y busquen en el viaje algo más que un simple desplazamiento con cambio de decorado, disfrutarán la lectura del viaje de Maupassant a Argelia. Más que describir los paisajes o los lugares visitados, el escritor francés da testimonio de la perplejidad que le produce el encuentro con un mundo, unas costumbres y unas gentes del todo diferentes, una perplejidad que unas veces se inclina hacia la fascinación y otras hacia la aversión. Maupassant convive con las tribus nómadas en el desierto del Sáhara y descubre los devastadores efectos del sol en esa parte del mundo, la verdadera soledad de unos hombres que a fuerza de resistir a un medio tan hostil se han convertido en casi indestructibles; se cuela en un prostíbulo, el único lugar donde los hombres pueden contemplar a las mujeres;  acompaña a una misión militar en busca de pozos de agua por territorios que en los mapas son sólo espacios sin accidentes, desconocidos, inexplorados…

Y así, aprovechando cualquier pretexto para compartir la rutina de los habitantes nativos y de los adoptivos -sus compatriotas-, el autor nos muestra la complejidad de un país que abarca un vasto territorio lleno de contrastes, desde las grandes extensiones desérticas del Sáhara, hasta la fértil y poblada llanura de la Mitidja, las zonas montañosas en la región de Cabilia, o los frondosos vergeles del valle de Bou-Saada. Y en cada nueva región lo asombran sus habitantes, unas veces sólo las hienas, los escorpiones o los resistentes camellos, y otras los douars, los trafis, los mozabites, los judíos o los propios colonos franceses, derrotados una y otra vez a causa de su ceguera y obstinación.

 

GUY DE MAUPASSANT

A Pol Arnault

La vida tan breve, tan larga, a veces resulta insoportable. Transcurre monótona, con la muerte al final. No es posible detenerla, ni cambiarla, ni comprenderla. Y a menudo nos subleva la indignación ante la impotencia de nuestros esfuerzos. Hagamos lo que hagamos morimos. Creamos lo que creamos, pensemos lo que pensemos, intentemos lo que intentemos, morimos. Y nos parece que vamos a morir mañana sin conocer nada aún, aunque asqueados de todo lo que ya conocemos. Entonces nos sentimos abrumados por el sentimiento de la «eterna miseria de todo», de la impotencia humana y de la monotonía de las acciones.

Nos despertamos, andamos, nos acodamos en nuestras ventanas. Enfrente unos almuerzan, como almorzaron ayer, como almorzarán mañana: el padre, la madre, cuatro niños. Hace tres años la abuela aún vivía con ellos. Ya no está. El padre ha cambiado mucho desde que somos vecinos. No se da cuenta; parece contento; parece feliz. ¡Qué imbécil!

Hablan de un matrimonio, después de un fallecimiento, después de lo tierno que está su pollo, después de su criada que no es honesta. Les inquietan mil cosas inútiles y tontas. ¡Qué imbéciles!

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Guy de Maupassant

Guy de Maupassant nació en 1850. Según unos, en Fécamp; según otros, en el castillo de Miromesnil, en Tourville-sur-Arques. A los diecisiete años conoció a Flaubert, quien le presentó a algunos de los escritores más importantes de la época, entre ellos Émile Zola, que publicaría uno de sus primeros y más famosos relatos, Bola de sebo (1880), en la antología-manifiesto del naturalismo, Las veladas de Médan. Aunque sus novelas alcanzaron pronto gran notoriedad, serían sus cuentos, muchos de ellos magistrales, los que le convertirían en uno de los autores fundamentales del XIX, a la altura de otros maestros del relato como Edgard Allan Poe o Antón Chéjov, dos autores citados precisamente por Julien Gracq para explicar el «acertado ensamblaje entre realismo y horror» que supone la narrativa breve de Maupassant, «un autor entre dos polos nerviosos», como lo definiera también Ramón Gómez de la Serna. De hecho, sus «ataques de nervios» lo llevarían a intentar suicidarse en varias ocasiones y a ser internado en una clínica, para morir, al fin, «loco, o medio loco», según escribieron los diarios de su época, en 1893.Entre las novelas de Maupassant podemos citar: Una vida (1883), Bel Ami (1885), Pierre y Jean (1888)... Y entre sus muchos cuentos: Claro de luna, La dote, La mano izquierda, La belleza inútil...

Obras asociadas
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