Skip to main content
Blogs de autor

Cuenta regresiva para el Oscar

Por 19 de febrero de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Marcelo Figueras

No se rían de mí, pero la entrega de los Oscars me produce un entusiasmo infantil que debe parecerse, imagino, a lo que sienten los futboleros en la inminencia de un match importantísimo. Por supuesto que soy consciente del relativo valor del premio, pero no puedo dejar de involucrarme en la lidia con ese espíritu -nuevamente infantil, adjetivo que para mí dista de lo peyorativo- de quien se hace cruces y reza para que salgan victoriosos aquellos que en verdad merecen alguna gloria -por efímera, por superficial que sea.

          De las películas candidatas, ayer vi las dos con un trasfondo más claramente político: Milk, de Gus Van Sandt, y Frost / Nixon, de Ron Howard. Ambas están basadas en historias reales: Milk recrea la vida del primer funcionario electo abiertamente gay de la historia de los Estados Unidos, que resultó asesinado por un colega con pasado de policía e innegable homofobia. Frost / Nixon lleva al cine la obra original de Peter Morgan -el guionista de The Queen- sobre la célebre entrevista que Nixon concedió al animador televisivo David Frost luego del escándalo de Watergate. Las dos cuentan además con la fortaleza de sus protagonistas: Sean Penn como Harvey Milk y Frank Langella como Nixon. (Aunque es una pena que no hayan seleccionado también a Michael Sheen, que está perfecto como Frost -apenas una entre las tantas injusticias de cada edición del Oscar.)

          Milk me decepcionó un poco. Me gusta la historia, Penn está magnífico como es su costumbre en la más que adecuada compañía de, entre otros, Emile Hirsch y Josh Brolin, y todo transcurre de la más correcta de las maneras. Pero en esencia es lo que suele llamarse una biopic, esto es la convencional biografía cinematográfica de un personaje histórico, a pesar de haber sido dirigida por Gus van Sandt, que en otro momento ha puesto su firma a films tan intensos como personales, desde Drugstore Cowboy a Elephant. Sus defectos son los mismos de cualquier biopic, empezando por la dificultad de reducir una vida real a un desarrollo dramático efectivo: por lo general estas películas se convierten en una sucesión de anécdotas que cuentan momentos de la vida del personaje -una suma que siempre es inferior a la suma de sus partes. Yo nunca encontré a Milk en Milk.

          Frost / Nixon, y dicho esto a conciencia del desprecio que suele inspirarme el softie de Ron Howard, funciona mucho mejor: tensa como la cuerda de un buen arco. Aquí también había un desafío narrativo innegable: ¿cómo convertir la grabación de una entrevista televisiva en un relato que no induzca nadie a una siesta fuera de lugar? Pivoteando entre la intimidad de Frost y la de Nixon, la obra-guión de Morgan consigue pintar a dos personajes que se están jugando el todo por el todo: Frost se arriesga a hundir su carrera en el olvido si la entrevista fracasa, y Nixon ansía reivindicarse ante el mundo después del abismo en que Watergate lo hundió.

          Lo llamativo es que los motivos que alientan a ambos hombres son igualmente egoístas, y por eso venales tratándose de cuestiones de Estado. Y lo más llamativo aun (o no tanto, tratándose de Howard: no sé si la obra original pone los mismos acentos) es que Frost / Nixon termina haciendo lo que las entrevistas originales no pudieron: aunque no exonera al Presidente indigno, lo muestra como un ser falible y por ende merecedor de piedad. De los dos personajes, Nixon es el único que tiene un momento de profunda sinceridad. Frost, en cambio, es un ser frívolo que humilla al ex hombre más poderoso de la Tierra tan sólo para recuperar su mesa en Sardi’s.  

          Mañana les cuento de las otras películas que vi.

[ADELANTO EN PDF]

profile avatar

Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

Obras asociadas
Close Menu